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Ignacio "Nachito" Martinez |
Hoy acompañamos a su última
morada a un gran amigo, entre familiares, amigos de trabajo y del deporte, además
del mariachi, el cual al son de
canciones como “Nadie es eterno”, “La barca de oro” o el “Corrido de Rioverde”
fue haciéndonos recordar en silencio el recorrido que hicimos por la vida junto
a Nachito.
Nachito fue un gran padre pues
siempre lo vimos tener un comportamiento perfecto con sus hijos, también fue un
gran compañero pues no recuerdo que alguna vez lo hubiera visto enojado o
gritarle a alguien, en cambio cuando se necesitaba él siempre se preocupaba y
estaba disponible cuando se requería.
Fue vendedor de coca cola y fue
un buen vendedor, de tal manera que la ruta se le recortaba quitándole clientes
porque sus ventas las elevaba y ante su refunfuño por esta acción, él se resignaba
y en poco tiempo volvía a recuperar sus ventas; tan buen vendedor era que
cuando llegaba con el cliente entraba ya con el producto y el vale ya hecho, y
eso, no cualquiera por no decir que ninguno lo hacía.
También
recordaremos a Nachito como uno de los iniciadores del futbol en Rioverde, en
el tiempo que ellos mismos se hacían sus uniformes. Siempre jugó de centro
delantero y era de los buenos pues era goleador. Tres equipos fueron sus grandes amores: el
River Plate, el Necaxa y Coca Cola. A lo largo de su carrera futbolística jugó
con grandes personajes del futbol; desde sus inicios, algunos de ellos fueron: Memo
“Woñis”, Raúl Rocha o Melitón “Pirucho” Ramírez, o también compañeros como “El
Sheriff” o “El Kiko” y ya después con “Fili”, “La Zarca” Gabino, “Java” y
muchos más, difícil sería nombrarlos a todos.
Anécdotas hay
muchas, como cuando a los juegos que hacían afuera siempre los acompañaba Don
Vicente Robles el cual era quien mantenía el orden y el respeto en el grupo. Otro
que los acompañaba y siempre lo recordaba era Daniel “El Chino” Ochoa,
comentaba que una vez se les descompuso la camioneta en Tamasopo y se tuvieron
que venir en tren, o cuando falló un penalti y de tanto pensar cual había sido
la causa llego a la conclusión y nos comentó que había sido porque el taco
(zapato) estaba chueco, o cuando fueron perseguidos con piedras por jugadores de
plazuela.
Cuando se
jugaba en el campo del puente del Carmen, cada ocho días, era común que llegara
el jeep con una hielera llena de cervezas y al término del partido se festejaba
el triunfo o se lloraba la derrota; también como era común toda la semana se
comentaba el resultado del juego, era una convivencia muy bonita pues a esos
juegos nos llevábamos a las esposas y los hijos.
El día de hoy
acompañamos a su familia a dejarlo en el panteón, dicen que a las personas se
van cuando se dejan de recordar y cuando los perdemos en la memoria, ojalá y
este no sea el caso y lo recordemos como fue con nosotros, como un gran amigo.
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En esta foto esta Nachito con sus hermanos y sus hijos |
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