Algunos datos de los Archivos Históricos y el relato
de Don Manuel de la Hoya Escalera.
Primero algo de historia:
Fue en 1880 cuando se tuvo la oportunidad de traer el
Ferrocarril a Rioverde e hizo una formal invitación a ingenieros de la compañía
del Ferrocarril Central para entablar negociaciones y concretar un arreglo
adecuado a las necesidades de ambos. Fue en 1882 cuando la compañía se puso en
contacto con el ayuntamiento Rioverdense a través del ingeniero responsable de
la sección San Luis-Tampico. James Harrinton, quien solicitó una entrevista con
las autoridades para proporcionarles las condiciones bajo las cuales sería
posible tender la vía del ferrocarril hasta la población de Rioverde. En ese mismo
año el señor Franco Verástegui Navarro encabezó la junta que nombraron las
autoridades de Rioverde para gestionar la construcción del ferrocarril,
realizando un primer contrato con la compañía del Ferrocarril Central Mexicano,
mismo que sería rescindido en 1888.
Finalmente, en febrero de 1900 se firmó el contrato
entre la Compañía del Ferrocarril Central Mexicano y los ayuntamientos de
Rioverde y Ciudad Fernández, con lo cual se formalizaba la construcción del
ramal, beneficiando a un total de 24 haciendas y 20 ranchos localizados en
Rioverde y Ciudad Fernández. El contrato y todos los acuerdos oficiales entre
el partido de Rioverde y la Compañía del Ferrocarril Central fue signado ante el notario público Luis Guerrero en la ciudad de México, el 26 de enero de
1901.
Fue el señor Lauro Ramírez Guillén según relata
Roberto Reynoso Parra, quién sugirió el trazo por donde correría el ramal. El
ramal constaba de 43 kilómetros San Bartolo-Rioverde se inauguró en 1902, con
la presencia del gobernador del estado, Blas Escontría de Bustamante, se
menciona que el conductor de la primera máquina de vapor marcada con el número
275, con la que se inauguró el ramal San
Bartolo-Rioverde, fue el norteamericano Charles Thomas oriundo de Denver,
Colorado.
Se puede considerar que la época dorada para los
ferrocarriles en Rioverde fueron los
años 20s. Y los 30s., cuando el tren trasportaba productos agrícolas de esta
ciudad a diferentes mercados del interior del país como: maíz, chile, naranja,
cacahuate y piloncillo, de este último producto no hay que olvidar que en
nuestro pueblo existían más de 50 trapiches o molinos de caña de azúcar que lo
elaboraban.
Una segunda etapa de bonanza surgió con la llegada de
las compañías mineras a partir de 1959, estableciéndose en esta región al
margen de las vías del ferrocarril, como la compañía minera Río Colorado
ubicada en el camino a Puertas Cuatas, en Los Llanitos y la Fluorita de
Rioverde en los patios del ferrocarril, las cuales extraían por esta vía el
mineral hacia el puerto de Tampico para ser comerciada en los EUA, esta
actividad se realizó hasta 1992.
El 8 de agosto de 1997 dejó de correr el tren San
Luis-Tampico, por no convenir a los intereses
de la empresa Trasportadora Ferroviaria Mexicana y para el 6 de
diciembre se canceló definitivamente la corrida de pasaje, se extinguió
totalmente el servicio de pasaje del ferrocarril tras la caída de los
Ferrocarriles Nacionales de México. Y el 21 de abril de 2003, la empresa Kansas
City Southern compró a Trasportadora Ferroviaria, el ferrocarril del noreste.
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Cuando se despidio el Ferrocarril de Rioverde |
Platicando con don Manuel de
la Hoya nos compartió algunos de sus recuerdos:
Hubo una época que la estación del ferrocarril tuvo un auge muy grande
y siempre estaba abarrotada de gente pues toda la gente viajaba en el, cuando se
inauguró en 1902 hubo una fiesta muy grande y fue muy importante mientras era
el único medio para transportarse y eso fue hasta 1965 aproximadamente que
entro la carretera de san Luis Tampico y eso hizo que poco a poco se perdiera
el interés en usar este medio y al último acarreaba puro mineral y alguno otro
carro que llenaban de cartón, también se acabó la traída de la sal en grano que
se traía en bruto utilizando un carro de ferrocarril, la cual llenaban en
costales de yute y se llevaba a las tiendas más grandes generalmente a la fama
y ella se encargaba de distribuirla a las tiendas pequeñas y a los ejidos o
ranchos.
Recuerdo algunos de los jefes de estación: entre ellos: Abundio
Bautista quien primero trabajo en la bodega luego fue jefe, primero en labra y
después se fue para valles; por último se jubiló y como él tenía su familia en
ébano se fue con ella y ahí murió pero él era de aquí; recuerdo a él boletero
que estuvo aquí que se llamaba Ramoncito Martinez, él era de san Bartolo pero
aquí vivió muchos años también se fue para ébano y ahí falleció; otro fue don
Antonio Basculet, él tenía el tipo de checoslovaco sabe que sería tenía una
hija llamada Lourdes que puso una dulcería en donde estaba el obrero de don
Alfonso difour; otro fue Gustavo alemán; también don Gregorio Martinez que era
de cerritos; recuerdo a don Enrique Uribe que duro muchos años aquí y que venía
de Pénjamo, y que a sus hijos les decíamos “los penjamos”; otro don Jesús no
recuerdo su apeido, el venia de Tampico; también a otro llamado Ramoncito Gama,
el aquí nada más fue auxiliar el llevaba el rol de los vagones y lo que
cargaban al último el murió en Tampico.
Los puestos que hubo en el ferrocarril fueron: por ejemplo en las
oficinas había un jefe de estación que para ser jefe de estación tenía que
conocer hasta el manejo del telégrafo, incluso el telégrafo del ferrocarril era
distinto al telégrafo nacional pues los números, las letras y los signos eran
diferentes no en su totalidad pero si en aprox. El 50 %, la del ferrocarril era
más rápida porque tenía más puntos y el punto es más rápido que la raya porque
en morse se compone de punto raya por ejemplo al poner el nombre de Manuel era
en el ferrocarril: dos rayas la M, punto raya la A, raya punto la N dos puntos
raya la U, un punto la E, y una raya grande es la L; los del ferrocarril
llamaban al sistema de comunicación “El Tortugo” porque era más lento que el
otro pues tenía más rayas que puntos pues en el alfabeto había mas rayas que
puntos por ejemplo en el ferrocarril: pesos: cinco puntos la P, un punto la E, tres puntos la S, dos
puntos separados la O, y tres puntos la S. ahora en le nacional es: punto raya,
raya punto es la P, un punto la E, tres puntos la S, tres rayas la O, tres
puntos la S; había que saber el alfabeto para poderlo descifrar
Después del jefe había un telegrafista, pero en oficinas pequeñas el mismo
jefe era el jefe y era el telegrafista, aquí no había problema porque era un
ramal pero en las vías grandes por ejemplo san luis-tampico si, por ejemplo hay
lugares en que viene un tren de carga y ese no está programado, entonces ellos
tienen que pararse en cada estación donde hay telégrafo y avisar para que en
determinado lugar hagan el cambio para que no vayan a chocar entonces se
denominan por números por ejemplo el 357 el 458 entonces se avisa y en cada estación
donde hay telégrafo o estación grande ellos avisaban donde estaban para hacer
el cambio y ya ellos le decían al conductor calculando la hora decían por
ejemplo en tal parte viene el 358 entonces acordaban encontrarse en un punto y
ahí tenía que esperar el que venía más cerca y ahí esperaba a que llegara el
otro y poder hacer libre el paso.
En la estación estaba el agente exprés que era el que documentaba lo
que era exprés, luego el boletero en la bodega documentaban lo que era carga,
había un encargado de bodega y un auxiliar, luego estaban los carretilleros que
eran los encargados de subir la mercancía a los vagones o al carro exprés,
había un carro independiente que era el carro exprés, ese pertenecía a correos
y era un carro que era correo y era exprés, ahí colocaban las valijas y colocaban
bultos y el que acarreaba valijas y bultos se le llamaba conductor postal, del
correo al tren y del tren a la oficina de correos y ya en el vagón había una
persona que era la que recibía todo eso documentado y el recibía y firmaba.
Luego la tripulación del tren: se empezaba con el maquinista, el
fogonero, los garroteros eran dos o tres y son los que hacen las señales al
maquinista y al conductor, ellos están viendo las instrucciones que les están
dando; el conductor es el jefe de la tripulación, estaba el truquero él estaba
en la estación y le tocaba engrasar las chumaceras, y eso era cada que llegaba
el tren y colocaba grasa en las partes que tenían roce, los mecánicos que
estaban al pendiente de algunas fallas, el combustible lo traían en tanques de
chapapote, de petróleo de gasolina y los traía el tren que venía de Tampico y
el cambio se hacía en san Bartolo, para eso los garroteros hacían los cambios
de vía, aquí estaba Zúñiga que era un lugar que existía entre Pastora y Rioverde
estaba por mojarrillas y ahí había puros trabajadores de vía y ellos traían un
cabo que era el cabo de vía y en ese lugar tenían sus casas y sus familias, era
como un pobladito, incluso muchos Vivian en los carros del ferrocarril y a
veces había otros que venían de otros lados que los comisionaban para recorrer
todo el ramal por si había problema de cambiar rieles o descomposturas para
asegurar que no hubiera accidentes, eran cuadrillas que duraban un tiempo y se
iban y luego llegaban otros, se movían en unos carritos que se llamaban armones
y eran de motor; otro era el conductor
el que checaba los boletos, otro era el mensajero que era el encargado
del exprés y los extras que agarraban cuando había carros extras cuando había
mucha mercancía se metía un carro extra, eso lo decidía el jefe, metía un carro
extra por ejemplo cuando solicitaban un carro para la naranja llegaban los
carretones y el vagón lo cargaban con colotes a lado y lado del vagón y se acomodaba
muy bien la naranja y esa era la que era a granel porque había otros que la
empacaban y la subían a los carros pero ya iba empacada como el tomate que tenía
que ser empacado, la mandarina el aguacate la lima o también la echaban en
arpillas como el piloncillo que era en arpillas.
En aquel tiempo el pasaje a san Bartolo está muy barato costaba un
peso o un peso y feria y mucha gente lo acostumbraba llegaban a la sala de
espera en la estación y era común que le daban el boleto luego el boletero se
lo checaba y lo cortaba a la mitad y la mitad se le colgaba en la camisa y era
señal de que ya había pagado también o la colgaban en el sombrero porque
llegaba el auditor y revisaba, aparte del conductor había un auditor.
También había los que entregaban la mercancía en las tiendas y eran
particulares uno de ellos era don Joel Hernández pues él era particular y tenía
su camioncito un Ford 46 color rojo y don Mauricio Maldonado el del exprés,
cada quien tenía su ramo don Mauricio era el del exprés el agarraba todo lo que
venía por exprés y él estaba autorizado para firmar me imagino que por los del
ferrocarril para que el hiciera los traslados y llevara los cotenses (bultos
amarrados con cinchos y en ellos ponían cosas que las protegían mejor) las
cajas y los bultos o sea todo lo que venía en exprés por ejemplo los sombreros
venían en fundas como de carrizo y grandes para que no se maltrataran ni se
apachurraran inclusive los echaban al último don Mauricio y don Joel iban
diariamente don Joel tenía el carretón y un camión, y cuando la carga ameritaba
el camión le hablaba a su hermano Antonio para que llevara el camión y el
camión de don Mauricio lo traía un hijo que se llamaba Abel Maldonado.
También recuerdo que siempre había una escolta que iba en el recorrido
desde tiempos de la revolución, que normalmente eran cuatro soldados y el cabo
o a veces un sargento también había vigilantes afuera, ellos tenían un tramo
hasta donde les correspondía donde estaban los carros del ferrocarril que no
los fueran a robar y tenían un rol porque andaban toda la noche y se turnaban.
Siempre en el cabus (era el último carro) iban unos que normalmente
eran los garroteros y ese carro nada mas era para ellos era un carro de
ferrocarril pero diferente a los demás
Existían unas bodegas alrededor de las oficinas en los mismos terrenos
del ferrocarril, que estaban por el lado de la calle pípila pasando la
matamoros ahí estaba una bodega muy grande y que era donde se empacaba naranja
tomate y todo lo que se podía empacar,
Atrás de las oficinas había una bodega muy grande donde el ferrocarril
bajaba toda su mercancía y era conocida como zona de carga y descarga
Enfrente de las oficinas también estaba una bodega muy grande y ahí
había muchos empacadores, por la parte donde se quemó el vagón estaba una
compañía minera que se llamaba “la boringer” en la esquina estaba un puesto que
era de “doña carlota” que se dice que tuvo un final trágico porque la mataron,
también recuerdo a un señor que se llamaba Amado Vega que también fue agente de
publicaciones y era el que vendía chocolates dulces y refrescos en el
ferrocarril el traía una cubeta y también vendían cerveza yo no sé si era por
comisión o que pero tenía que tener un permiso especial, aparte este señor se
dedicaba a rentar bancas en la plaza en los días de fiesta el traía bancas y tenía
permiso daba boletos y andaba dando vueltas a la plaza y el boleto era la
constancia y cobraba 20 o 10 centavos no recuerdo bien pero me parece que también
hacia bailes de wuarapaleo y los hacia allá por la bravo y Morelos ahí donde
había unas ruina donde actualmente está un negocio de forrajes.
En san Bartolo era común la venta de gorditas pacholes la barbacoa de
chivo al parar el tren se acercaban todos los vendedores por los lados y
algunos se subían gordas de horno gordas de chile de nopales con carne de
puerco había una señora que era muy famosa ella hacia unas gorditas de chile
rojo de revoltillo las hacia tan sabrosas que luego luego acababa.
En la estación recuerdo que los López y Martinez eran los que tenían
el negocio de embarcar toda clase de mercancía y tenían sus bodegas que eran de
la mercantil rioverde, ellos tenían carros propios de ferrocarril y ellos eran
los acaparaban la naranja y ahí mismo empacaban todo eso, también la sal que se
traía a granel de Tampico de Altamira y la movían en unos camioncitos, el que
cargaba mucho de eso era don Joel Hernández, el tenía un Ford 46 color rojo,
había otro de Mauricio Maldonado; los comerciantes que embarcaban se peleaban
por dar propina para que subieran su producto al carro de ferrocarril y si el
carro de ferrocarril se llenaba, sacaban otro carro y lo llenaban también de
mercancía, generalmente una parte iba para san Luis y para el otro lado el
primer punto era Cárdenas ahí había mucho negocio y arpillas de naranja unos
camioncillos salían del mercado de los mesones ahí llegaban eran 2 camioncillos
38 y los llenaban de naranja y de cajas de fruta y aguacate y lo que hubiera de
aquí eso también llevaban, luego llegaba
a tamasopo, a valles, a ébano y Tampico generalmente las plazas grandes eran
ébano por ser petrolero.
Aquí los dueños del ferrocarril eran la mercantil rioverde, los López,
los verastegui, ellos tenían carros de ferrocarril tenían tren propio mi abuela
me mencionaba que parte de los terrenos del ferrocarril una parte era de sus
parientes y los expropiaron les dieron cualquier cosa en aquel tiempo y
agarraban extensiones grandes y luego la gente era muy ignorante y lo que
dijera el gobierno eso hacían y los ricos que tenían la sociedad de mercantil
rioverde de los López los zarate los verastegui y había otros como los
Maldonado que compraron carros de ferrocarril y entonces ellos embarcaban en
sus carros, entonces en la estación eran muchas bodegas para empacar nosotros
íbamos por el jitomate sobrante que desechaban y nosotros íbamos en carretón
cuando íbamos llevábamos las bolsas llenas de granos de sal agarrábamos el
jitomate y le poníamos unos granos de sal y a comérnoslo entonces llenábamos el
carretón del deshecho y lo llevábamos a las vacas se los echábamos en el
pesebre y a comer las vacas; había bodegas de naranja, había bodegas de tomate,
aquí había lugares donde se dedicaban nada más a hacer cajas, ahí en el
ferrocarril había como unas 4 bodegas de los de la comercial y aquí había
comerciantes había los Jesús flores que
embarcaban el chile en arpillas, también estaba don Juvencio castillo que tenía
sus bodegas por la Morelos tenía un camioncito que lo llenaba y lo embarcaba,
estaba don pedro castillo, don Quintín Núñez, estaba el que hizo los baños en
el mercado este Nerón Rodríguez, el tenía una bodeguita; estaban los rojas, los
castillo, doña Juana Olguín, don Fernando ferretiz, Melesio Rodríguez, ahí
estuve yo de chícharo de aprendiz ahí en el exprés y don Antonio Gámez; se
llamaba mensajero al que iba con la carga a donde fuera ella para que la fuera
entregando y a donde llegar ya estaban ahí los que iban a recoger la carga.
En fin fue tan grande el movimiento que provoco el ferrocarril que
cuando falto se notó luego luego en la económica de toda la región por la gran
cantidad sobre todo de gente que se quedó sin trabajo.
Datos y fotos tomados de los Archivos Históricos y del relato que no
dio Don Manuel de la Hoya Escalera.
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