La Fundación de Rioverde
Los pueblos-misiones de la custodia de
Rioverde
La exploración de la frontera mesoamericana donde fueron fundadas
las misiones de Rioverde, comenzó desde el siglo XVI. Hacia 1544 había llegado
a este lugar el franciscano Juan de San Miguel, quien emprendió el primer
esfuerzo evangelizador de los indios nómadas de la comarca, aunque con
resultados poco favorables. A San Miguel le siguieron fray Bernardo de Coussin
y fray Juan de Cárdenas, quienes poco a poco lograron un mayor acercamiento con
los indios que allanó el camino hacia la pacificación.
Luego de la fundación de San Luis Potosí, a finales del siglo XVI, el
capitán Miguel Caldera y un grupo de españoles realizó una exploración en el
Río Verde y sus alrededores. Para entonces algunos ganaderos queretanos habían
ido penetrando en este territorio; pero Caldera valiéndose de regalos a los
nativos, logró convencer a algunos de ellos para que se congregaran
pacíficamente, con lo cual las autoridades de San Luis afianzaron su dominio
sobre este territorio frente a los vecinos de Querétaro.
A comienzos del siglo XVII el avance español hacia el norte había hecho
necesaria la pacificación de la Sierra Gorda y el valle de Rioverde para dar
seguridad a los asentamientos aledaños. Los encargados fueron los franciscanos
fray Juan de Cárdenas y fray Juan Bautista de Mollinedo, quiénes habían
recorrido durante años la zona. Mollinedo conocía la importancia económica y
estratégica que podría llegar a tener este territorio si se lograba la
pacificación de los aborígenes, así que planeó un proyecto de conquista en el
que se contemplaba tanto el adoctrinamiento religioso como la enseñanza de la
forma de vida sedentaria a partir de la fundación de misiones.
El territorio donde Mollinedo ideó fundar los nuevos asentamientos se
extendía desde la Sierra Gorda hasta el río de las Palmas, habitado por pames,
mascorros, alaquines, cascanes, guscamas, coyotes, lamagues y otros. Estos
pueblos tenían una cultura nómada, basada en la caza-recolección, su movilidad
había sido un gran obstáculo para congregarlos y ponerlos bajo la autoridad de
los españoles.
Las misiones, eran asentamientos donde recibían instrucción en la
doctrina cristiana y se les enseñaba la agricultura, la ganadería y a
vivir bajo un orden económico y político en cuya organización los religiosos
fungían como las autoridades centrales. En su origen fueron concebidas como un
tipo de organización temporal, por ley debían secularizarse a los diez años de
su fundación; esto no siempre fue posible, debido a que hubo dificultades para
mantener pacificados a los indios: Esto provocó que en algunos lugares, como
fue el caso de la Custodia de Rioverde, las misiones prolongaron su existencia
hasta entrados el siglo XIX.
En las misiones los clérigos extendían sus atribuciones al ámbito de la
organización económica, se basaba en un régimen comunal en el que tierras
y ganado pertenecían al común de habitantes de la misión y se
administraban en beneficio de la comunidad.
En 1607 fray Juan Bautista de Mollinedo y fray Juan de Cárdenas entraron
por la parte sur de Rioverde y recorrieron Lagunillas, Pinihuan y San Felipe de
los Gamotes; después llegaron a Rioverde, donde más tarde tendría asiento la
custodia de estas misiones.
Durante este recorrido se llevó a cabo la reducción de algunos indios de
la comarca, pero no se realizó la Constitución formal de las misiones, esto
ocurrió hasta diez años después, cuando se hizo realidad la fundación oficial
de las misiones, a través de la real cédula de 20 de junio de 1617.
Pocos años después, en 1621, fue erigida la custodia de Santa Catarina
de Rioverde, perteneciente al obispado de Michoacán. Las misiones fundadas a
partir del siglo XVII no lograron mantenerse pacificadas a pesar de la
intervención de las fuerzas militares.
En 1691 se creó una nueva misión al noreste de Rioverde, san José de los
Montes Alaquines. En la fundación de esta y otras dos misiones bajo la Custodia
de Rioverde ya se perfilaba un cambio en la política de pacificación en la
zona, en la cual los religiosos dejarían de llevar la batuta y las misiones
sólo serían vistas como instrumento para conseguir el sometimiento de los
indios.
En 1731 se fundó una villa de españoles, El Dulce Nombre de
Jesús, la cual quedó como curato a cargo de la Custodia de
Rioverde.
La expedición del capitán José de Escandón por la Sierra Gorda y el
norte de Rioverde en 1742 permitieron la pacificación de esta frontera
chichimeca y favoreció la exploración territorial hacia el noreste de Nueva
España, Escandón llevó a cabo nuevas fundaciones, entre ellas, la misión de la
Divina Pastora, llevada a cabo en 1753.
Con la reforma de intendencias de 1786 Rioverde se convirtió en la
cabecera de uno de los partidos que componían la Provincia de San Luis Potosí,
a la cual quedaron adscritas las misiones de Alaquines, Divina Pastora,
Gamotes, Lagunillas y Pinihuan, y un abundante número de haciendas y ranchos,
más la villa de españoles El Dulce Nombre de Jesús.
En la noticia de 1800 sobre las misiones de la provincia de San Luis
Potosí de la Orden de San Francisco, pertenecientes al obispado de Michoacán,
aparece un padrón, en este documento hay un registro de los habitantes de las
misiones, pero también de las haciendas y ranchos, que permite tener por lo
menos un estimado de la concentración de almas en la entidad y sus calidades
raciales, registradas en dos categorías, la de indios y la de españoles, ambos
por sexos.
Es posible que el aumento de la población blanca y mestiza en las
misiones de Rioverde a comienzos del siglo XIX esté relacionado con la
fundación de haciendas y ranchos que poco a poco comenzaron a asentarse en las
fronteras de los territorios de las misiones.
Las haciendas y los ranchos conformaban centros de población muy
importantes, su expansión sobre este territorio había limitado la fundación de
más pueblos.
En 1800 Rioverde aparece con una población de 2,505 habitantes, 1,306 de
ellos correspondían a españoles y 1,199 a indios; pero esta cifra sólo
contemplaba a los habitantes del pueblo, no tomaba en cuenta a los habitantes
de haciendas y ranchos.
Había haciendas, como Cárdenas y El Jabalí, que contenían poblaciones
casi iguales a las que habitaban en localidades tan importantes como la
cabecera de partido, y que incluso superaban a la villa de españoles del Dulce
Nombre de Jesús y a pueblos como Pinihuan, Gamotes y Lagunillas que tenían una
escasa población, lo que nos da una idea de la relevancia de las haciendas y
ranchos en esta jurisdicción en cuanto al número de habitantes que llegaban a
alojar.
Los pueblos de Rioverde, fundados a partir de misiones, tenían una forma
de gobierno y administración distinta a los pueblos bajo parroquia, que imprimió
su sello particular al curso que siguió en el partido la instalación de
ayuntamientos y los cambios en la conformación política.
Los pueblos de misiones en el partido de Rioverde habían estado sujetos
a dos autoridades principales: por un lado a los religiosos, quienes aparte de
la doctrina intervenían en la organización productiva y la administración de
los recursos, y por el otro a los gobernadores de indios, quienes se encargaban
del cobro del tributo, cuestiones de representación legal y, junto con los
misioneros, de la comercialización de la producción y la administración de los
recursos que ésta generaba. Aparte de los gobernadores había un teniente de
gobernador y dos alcaldes, encargados de cuestiones de justicia civil y
criminal.
Fuentes:
Lic. José de Jesús Alvarado Orozco,
Historiador
Lic. Ricardo Castillo Robles, Cronista de la
Ciudad
LCC. Lucas Hernández Salinas, Archivo
Histórico de Rioverde