domingo, 28 de abril de 2019

LOS HERMANOS CEDILLO EN RIOVERDE (LOS ÚLTIMOS ALZADOS DE LA REVOLUCIÓN)




Los hermanos Cedillo fueron hombres de a caballo, vestidos a la usanza charra y que combatieron durante la revolución en la frontera de Tamaulipas y San Luis Potosi, y de alguna manera formaron parte de la vida de los Rioverdenses; Ricardo Castillo Robles Cronista de la Ciudad nos cuenta algunos de estos pasajes:

 LOS HERMANOS CEDILLO EN RIOVERDE 
(LOS ÚLTIMOS ALZADOS DE LA REVOLUCIÓN)

El General Saturnino Cedillo Martínez, según el Archivo Historio de la Defensa Nacional su vida de militar transcurre entre 1916 a 1939, junto con su hermanos Cleofás y Magdaleno se levantaron en armas, siendo gobernador del Estado de San Luis Potosí Rafael Cepeda, creando una fuerza militar que azoro el estado, sus integrantes eran en su mayoría gente de las Colonias Agrícolas Militares, enfrentándose a las fuerzas militares de Victoriano Huerta al mando de Francisco Manzo y Aurelio Escobar por disposición del Gobierno Federal.

La primera noticia que se tiene de los hermanos Cedillo en Río Verde fue el 5 de mayo de 1911 cuando este grupo guerrillero entro en nuestro municipio. Para el año de 1912 Magdaleno Cedillo y su gente asaltaron la Hacienda de San Diego donde quemaron los libros de Contabilidad del Despacho, saquearon la tienda de raya y exigieron $5,000.00 pesos en efectivo, abrieron las trojes del maíz y sacaron todo lo que quisieron.

El 13 de enero de 1913 Cleofás, Magdaleno y Saturnino Cedillo atacaron el tren procedente de Tampico, Tamaulipas. En la estación de Las Tablas obteniendo un botín de $800,000.00 pesos oro que destinaron para compra de armas en los Estados Unidos, para el 30 de enero (1913) es detenido y llevado a San Luis Potosí en calidad de detenido, de donde logró escapar.

El 16 de febrero de 1913, tomó la estación de San Bartolo, ubicado en el ramal San Bartolo-Rio Verde, el 21 toma Rio Verde y la estación de San Bartolo con 885 hombres al mando de Magdaleno Cedillo. El 28 entro en Rioverde asaltando las oficinas del Ferrocarril, levantándose en armas contra Francisco I. Madero y apoyando a Pascual Orozco.

Para el mes de marzo el grupo comandado por Cleofás Cedillo se establecieron en la casa de la Hacienda de San Diego, sacando el maíz existente en las trojes para alimentar a sus caballos y a la tropa, no dejando una sola mazorca, la tienda de raya vacía y mataron infinidad de reses y cerdos los atracos y violaciones a la gente del rancho fueron incontenibles.

En abril los Cedillo incendiaron la estación Tablas y se dirigieron a tomar Alaquines, para entonces desconocieron a Victoriano Huerta y se unen a los Constitucionalistas y al Plan de Guadalupe encabezado por Venustiano Carranza.

El 23 de octubre de 1913 junto con Adalberto Ávila y Cleto Galván, asaltaron la Hacienda de la Angostura haciendo grandes tropelías y el 27 de noviembre (1913) Magdaleno Cedillo es derrotado en el Grangenal.

El 27 de diciembre de 1913 a las 5 de la mañana tropas federales al mando del Mayor Piña atacaron a los Hermanos Cedillo que se encontraban en el rancho de San Francisco (Rioverde) siendo desalojados de él, este combate duro 6 horas perdiendo los Cedillo 65 hombres, teniendo gran número de heridos y abandonaron 80 caballos ensillados, 25 fusiles, parque y bombas de dinamita.

El 22 de febrero de 1914 contando con refuerzos villistas se apoderaron una vez más de Rio Verde ocupando las casas de los ricos y luego huyeron.

El 5 de mayo de 1914 ocuparon los Cedillo la ciudad de Rio Verde y para el 25 del mismo mes ya habían establecido su Cuartel General, se dice que en los altos de la esquina de Plaza Principal y Mollinedo no cometiendo ningún atropello con la población solamente impusieron préstamos a los comerciantes ricos y personas principales de la localidad, en ese entonces nombraron "comisiones" que recorrieron, casa por casa, recogiendo toda clase de armas, caballos y parque.

El 31 de marzo de 1915 muere Cleofás en San Luis Potosí a consecuencia de las heridas sufridas en la batalla de El Ébano. Para noviembre (1915) los Hermanos Cedillo se declararon enemigos de Venustiano Carranza, tonaron la ciudad de Rio Verde al mando de 5 mil rebeldes, para el 14 de diciembre depusieron las armas cuando el villismo se encontró en plena decadencia.

El 11 de enero de 1939 muere Saturnino Cedillo en la sierra de Guadalcazar asesinado por órdenes del presidente de la Republica General Lázaro Cárdenas del Río con lo que termina la rebelión Cedillista.

Tomado de los archivos de: Ricardo Castillo Robles, Cronista de la Ciudad de Rioverde, S.L. P.




domingo, 21 de abril de 2019

Usos y costumbres













Antonio Salazar, su sobrino Jaime Cortes Castro, su compadre Eulalio Olvera y don Lamberto.

De los recuerdos de don Lamberto Olivo.

Los usos y costumbres en Rioverde eran tantos que trataré poco a poco de describirlos, uno de ellos era el de los fumadores, pues había tantas marcas de cigarros y tan de buena calidad, que era difícil tener un favorito; solo los muy adictos si tenían su marca preferida. Había desde Los Capricho, los Soberbios, los Carmencitas, los faros, los tigres, Alas, alas extra, estos eran tabacos obscuros, pues había otros que se catalogaban como tabaco rubio, estos eran los Montecarlo, los Montecarlo extra, Casinos y casinos extra, Bohemios, Virginia, había unos que los hacía el mismo fumador y por lo regular lo fumaban personas de edad y sobre todo campesinos; venían el tabaco en un costalito y en uno de sus lados un paquete de hojas de maíz cortadas en rectángulos pequeños para hacer el cigarro, para esto se necesitaba experiencia pues no cualquiera lo podía hacer, había otros que ya venían hechos, también con hoja de maíz, estos se llamaban Rojos. También hubo los Belmont que ya era cigarro de categoría y fue tanto su lujo que se llegaron a envasar en cajetillas de hojalata, la cajetilla era de color rojo y en un pequeño círculo un jokey montado en su caballo. Ya después comenzaron a llegar los Gratos que eran mentolados, también se me olvidaban los Fragantes, Cumbres Elegantes Rialtos; las compañías que elaboraban estos cigarros eran El Buen tono el Águila. Y la Moderna y los Rojos y los de costalito que se llamaban Tigre Negro eran elaborados por una casa independiente en Monterrey. Posteriormente, ya entraron los Camel, los Lukystryk, los Palmoll y al último los tradicionales Raleigh. Hasta aquí lo que recuerdo.

En los años 30s solo había tres fábricas cerveceras, la modelo con su única cerveza, la CARTA BLANCA, la Moctezuma con la XX y estaba la Monterrey que fabricaba la cerveza con ese nombre, esta cerveza con el tiempo desapareció y en los finales de los 40s. apareció con el nombre de Don Quijote, para darle entrada se vendía con una promoción de 2x1, o sea que si compraban un cartón le obsequiaban otro; estuvo algún tiempo en auge, pero así como apareció, desapareció, San Luis Potosí también tuvo su fábrica y se llamaba Zorrilla, fabricó la cerveza SAN LUIS, pero no tuvo mucha demanda. Más tarde comenzaron su auge con diferentes marcas ejemplo: la cerveza ligera BRISA, LA SUPERIOR y la XXX, llegó a tener una económica pero muy sabrosa que era la NORTEÑA equivalente a la SOL pero de mejor calidad; la Modelo por su parte fabricó LA ESTRELLA en Guadalajara, LA PACÍFICO en Sinaloa y LA MONTEJO y LEON en Mérida, en RIOVERDE los distribuidores eran de la Modelo Don Galdino Martínez Sr. y la Moctezuma por don José Román. En vinos en los 30s. No eran muy populares pues solo se conocía la Caña, el Mezcal y una que le decían Piedra Alumbre, y el tequila que se conocía era el Vda. de Martínez y un reposado con él nombre del viejito. Las cantinas que así se les nombraba y que hoy son bares estaban distribuidos en diferentes zonas del pueblo, y estaba la principal en Moctezuma y Pablo Verástegui y se llamaba la Oficina, era una cantina mixta ya que contaba con cantina y billar y como era muy amplio el establecimiento tenía bastantes mesas unas de Pool y otras para Carambola, se jugaba además la baraja con un juego que le decían EL PACO y el CUBILETE; estos dos juegos eran muy populares en la mayoría de las cantinas y se jugaba bastante dinero y las autoridades eran complacientes pues nunca al menos en ese tiempo las prohibieron. Esta cantina LA OFICINA era propiedad de Juan Izar, (Maciste) y cuando falleció Juan José (La cuatana) que era su hijo se hizo cargo de él. Algún tiempo siguió ahí, hasta que en su casa construyó un local muy grande y ahí se fue con la cantina, cambiándole por CLUB SOCIAL. Sobre la misma calle Moctezuma, entre la tienda del Telégrafo y lo que hoy es el hotel Plaza estaba otra cantina mixta que se llamaba el Gato Negro ahí si no supe cómo se llamaría el dueño; esta cantina duró poco y después fue una sombrerería de don Heriberto Agreda que se llamó el Palmar. Antes de llegar a la calle de Ponce hoy Gabriel Martínez estaba otra más de las cantinas y esta era de Chaffy Buneder, cuando abrieron el pasaje, puso su cantina don Elías Izar hermano de Maciste y más adelante en la esquina antes de llegar a Madero la cantina mixta propiedad de Carlos Thomas Sr. En la esquina de Madero y Centenario casi para entrar a Pablo Verástegui estaba otra mixta que se llamaba EL CLUB VERDE, esta cantina era de Jesús Medina, en el lado oeste frente a la placita de los zolquies estaba el Superior de Chonillo Ceballos y en la esquina de Zaragoza y 5 de Mayo estaba el Puerto propiedad de Porfirio Montenegro, quien al morir su hijo se hizo cargo de ella, esa casa aún persiste con ese nombre pero desconozco quien sea el dueño ni que giro tenga. Sobre la calle de Reyes y Guerrero estaban LAS PLAYAS, cantina que era del señor Ogata, padre del Chifuga. Siguiendo por Reyes y en la Calle Nueva, hoy dé Quesada, estaba una cantina y miscelánea llamado el ATORON, se decía que ahí, cuando iban a sepultar a un difunto este, al llegar a ese punto se hacía más pesado, ¿verdad o mentira? Nunca lo supe y por eso esa tienda cantina se ganó ese nombre. Si tomamos por la calle Centenario, llegamos a la calle Escobedo, hoy Porfirio Díaz estaba la tienda y cantina EL INCENDIO, Su dueño se llamaba Faustino pero no recuerdo su apellido y siguiendo por la misma Centenario en el crucero del ferrocarril se encontraba una cantinita que se llamaba EL GOLFO DE MÉXICO, esta cantinita era de don Wulfrano Figueroa el Jerarca de todos los Figueroa, enfrente se encontraba LAS TRES HUASTECAS y su propietario era Alfonso de León Méndez, aún existe esta cantina más adelante pero hoy su dueño es su hijo del mismo nombre. Seguimos por la Centenario y al llegar a la llamada Cortadura entre Centenario y Frontera estaba el NO ME OLVIDES, este negocio era de don Antonio Castro y lo atendía su hijo Ignacio, más adelante, ya en Ciudad Fernández en una esquina de la plaza frente a l escuela Zenón Fernández estaba la cantina EL CAZADOR, propiedad de Moisés Aguilar y lo atendían alternativamente tanto él como sus hermanos Marcos y el Chato. También en 5 de Mayo en seguida de la que fue Ferretera de Rioverde estuvo un tiempo Otra cantina que el dueño era un chavo que se apellidaba Cantú pero no supe su nombre. En el barrio de San Juan hubo varias cantinas ya de más bajo nivel, y era primero en Aldama casi con Colón estuvo una miscelánea y cantina llamada Mi Tienda, esta también era de don Antonio Castro y la atendía su hijo Alfonso.

En la misma calle pero en la esquina con Colon estaba la Muralla que era del güero Elías integrante del trío Rioverde, había otras cantinas de menos categoría en el barrio de San Juan, como era EL BARTOLIN que aún existe pero en ese tiempo eres de Antolín Jiménez y de ahí el nombre de bartolin.

Bueno hasta ahí mi relato y como Ya hace sed entraré al bar de Chonillo Ceballos que ahora atienden sus hijos en Zaragoza y Guerrero, SALUD.

Relato de don Lamberto Olivo.

Foto propiedad de don Lamberto Olivo y en ella están: Antonio Salazar, su sobrino Jaime Cortes Castro, su compadre Eulalio Olvera y don Lamberto.



domingo, 14 de abril de 2019

Coca cola y sus inicios aquí en Rioverde.


En este lugar fue el primer negocio de don Jose Roman y fue exactamente donde se encuentra actualmente el banco HSBC en la calle moctezuma, en la foto se ve a don Jose Roman, su secretaria y una de sus hijas. 
En esta foto estan en una junta de concesionarios de Coca Cola y se ve a don Federico Foyo gerente de Coca Cola a don Jose Roman padre y a Jose "la Jiji" Roman hijo.

Los primeros que trajeron la Coca Cola aquí a Rioverde fueron la Familia Román, José Román “La Jiji” nos cuenta la historia:

Nos cuenta la Jiji: Yo me acuerdo que cuando estaba en la escuela había un señor que se ponía aquí en telégrafos enfrente de la fama en la esquina y ahí vendía su refresco que era uno que le decían guapilla esa las ponían en las botellas de coca y de soda En aquellos tiempos (como en 1935) les ponían un tapón de olote o de ficha; se dice que la guapilla es una planta parecida a la zabila y la raíz es la que se muele y se hierve luego se endulza al gusto también se le puede agregar semilla de chía o hacerla como tepache haciéndola fermentar por 10 días luego colarla y agregarle agua y piloncillo, inclusive la utilizaban como medicina. También vendían un refresco mejorcito según ellos y le llamaban el Orange, de las sodas había de limón, de naranja, de fresa, o de hierro que eran de color negro como el de la coca.

También recuerdo que Fabricas de refrescos había dos o sodas que así les llamaban en aquel tiempo una era de Juan Méndez y la otra era de unos hermanos Anda inclusive tenían una maquinita y con el pie le ponían la ficha y también le echaban el gas (no sé cómo, pero le echaban) era una botella blanca y le ponían una etiqueta de papel, la fábrica de Juan Méndez estaba donde está ahorita “el tarro de oro” en Héroes Potosinos y Juárez y la fábrica de los Anda estaba pegado a la casa de los fat en guerrero y Moctezuma por el lado de la calle Guerrero, recuerdo que esas sodas las repartían en guayines; nota adicional sobre los guayines: En Rioverde, en realidad eran pocos los guayines, pues uno de ellos era el que conducía Néstor el que distribuía el pan desde Ciudad Fernández, el de Merceditas Escalera, la doctora que ejercía y tenía su farmacia en la calle de Escobedo, hoy Porfirio Díaz, otro de estos vehículos lo tenía don Arcadio Sandoval, y otro más lo tubo don Calixto Diez un español que vivió mucho tiempo en la casa de don Pedro Hernández y que fue propietario de la huerta La Florida, que estaba exactamente en el Puente De Verástegui, donde quedó como emblema una casa de dos pisos que se observa desde la carretera. El Guayín era un vehículo tirado por un caballo, tal como si fuera un zolqui y solo lo distinguía el que era de doble asiento, es decir uno más en la parte de atrás, y en seguida de ellos un compartimento en el que se transportaban objetos diversos, así también se podía llevar a los miembros de la familia. Desgraciadamente, tal como los zolquies ya desaparecieron. Surtían aquí y los alrededores como El Refugio, Ciudad Fernández hasta el Jabalí.

Nosotros fuimos los primeros que trajimos la coca antes no había nada de eso y la traíamos de Tampico de un lugar que le decían “la isleta” y ahí era donde estaba la fábrica el dueño era fleshman y luego Grossman

Nosotros la empezamos a traer en una línea de autobuses de aquí, la cual era de lucio Sandoval y de Froilán Guerrero que le decían “la ninfa” estaba en el sitio de los solkis se iban por tablas y luego agarraban la carretera y se traían de a 20 o 30 cajas en cajitas de cartón chiquitas y así la empezamos a vender nosotros y eso fue aproximadamente en el 45, cuando la traíamos de Tampico las cocas venían en cajas de cartón y a cada cartón le cabían 25 y era de la chiquita (192 cc) después de eso la empezamos a traer de san Luis, nosotros además de la coca teníamos el agua de Lourdes la cerveza superior y la dos equis; después empezamos a traer la coca en el exprés de aquí de san Luis cuando estaba Federico foyo por el exprés había un exprés y otro local por el tren porque todavía no había carretera después de la caja de cartón metieron una caja grandota que traía 48 y 2 atravesadas esa todavía la trabajaron ahí en san Luis

El negocio lo teníamos donde estaba la casa de Julián Gómez donde está actualmente el banco HSBC ahí empezamos a trabajar era 1938 ahí todavía no teníamos coca nada más Lourdes y cerveza, la coca ya fue cuando El negocio lo teníamos donde era la dutroni por el banco nacional de México ahí era una tira larga de cuartos y pegaba con tenorio eran como 4 bodegas derechas y ahí ya fue en el cuarenta y tantos teníamos como dos rutas y traíamos un carrito de madera con ruedas de las que traen los carretones y salíamos a visitar las cantinas que había que eran unas cuantas en aquel tiempo había pocas luego a don Heraclio el de la potosina don Rafael Figueroa había un señor de cerritos que estaba también y enseguida estaba la zona de tolerancia por la Morelos antes de llegar a la calle bravo, y algunas tienditas

Cuando Salí de estudiar y le empecé a ayudar a mi papa empezamos a abrir más rutas porque nomas traía dos camionetas una local y otra para afuera y se abrieron más primero eran 2 luego 4 y así nos fuimos después entro mi hermano y el traía una ruta y luego yo otra, yo me iba para el recorrido de la mesa del salto y me metía por el ojo de agua seco, recuerdo que por ese camino me encontraba al que le decían el harlinchen uno que había estado mucho años en la frontera y era gallinero e iba en bicicleta hasta allá y venía con unos colotes llenos de gallinas pues antes se usaba mucho los pollos en las enchiladas yo llegue a ir hasta el freno y entonces no había camino llegue a ir hasta paredes entonces se iba uno por el bordo porque no había todavía carretera y llegaba uno a mojarras de abajo y de arriba y caminaba por el arroyo y llegaba uno hasta canoas para ese entonces ya llevaba coca, cerveza y agua

Nosotros empezamos a meter la coca en lo bailes en la Esc. Pedro Antonio de los Santos ahí antes era la presidencia y ahí hacían los eventos; entonces ya empezaba la cubita actualmente ha decaído mucho porque ahora hay muchas combinaciones antes la combinación era pura coca que era la cuba libre ahora ya mete muchas combinaciones squirt, del valle, el agua quina en los haiboles o campechano

Nos iba bien vendiendo coca que hasta mi papa compro un furgón de ferrocarril exclusivamente y en aquel tiempo se traían unas 300 cajas y era de un solo tamaño que había

En san Luis el de la coca chiquita (192 cc) la fábrica estaba en Reforma y después ya la trabajaron directamente ellos que fue cuando la tomo Salvador Ramírez y se puso la bodega atrás de la iglesia y se llegó a un buen arreglo entregamos la concesión y ya ellos la trabajaron

Después que dejamos la coca trabajamos muchos refrescos, trabajamos el Orange, el canada drye, la cerveza la trabajamos con unos hermanos de los foyo de esos de la coca porque ellos tenían la distribución de la cerveza en San Luis y ellos dejaron la cerveza y nosotros seguimos trabajándola y con el tiempo recortaron mucho las ganancias y la cerveza la empezó a traer un señor de Cárdenas de apeido Castilla que tenía un empleado que vendía esa cerveza y el negocio lo tenía ahí donde está el banco Serfin y después acabaron esos con la cerveza y después hasta el pito Anaya la tuvo y el negocio lo tenía en la esquina de Morelos y bravo,

Mi papa empezó con la cerveza y empezó a traer cosas y empezó con 20 o 30 cajas cuando mucho toda la vida se dedicó a esto.

Nosotros dejamos de vender Coca cola pero seguimos vendiendo el Agua de Lourdes que nos ha dado muchas satisfacciones y seguimos con más refrescos los cuales nos han fortalecido como una empresa familiar bien cimentada.

Datos y Foto proporcionados por José “La Jiji” Román
El dato sobre la Guapilla y los Guayines proporcionado por don Lamberto Olivo


domingo, 7 de abril de 2019

El kiosko de Rioverde… un recuerdo


La plaza de Rioverde ha tenido varias transformaciones a través del tiempo, desde un Kiosko, una Pérgola y la Explanada actual; en cada una de ella se han tejido historias del pueblo, de la gente, llanto y risas ha formado parte de un Pueblo que no olvida nada y cada evento lo guarda en su memoria.
Don Lamberto Olivo nos lleva con su relato al tiempo en el que estuvo el kiosko en la plaza de Rioverde.
Desde que yo tuve uso de razón, el Kiosco ya existía y mi mamá me llevaba los domingos a la plaza y nos sentábamos en una de aquellas bancas de fierro que le daban un gran colorido a dicha plaza, ahí como era yo todavía pequeño siempre estaba al lado de ella y aunque yo no comprendía algunas cosas, si, escuchaba aunque sin entender las melodías que tocaban en el Kiosco como la Banda de los Once Viejos, la gente acudía los jueves y domingos a dar la vuelta como se decía, o no sé si así se dirá todavía, la serenata constaba de dos horas de las 9 a las 11 y todos se paseaban al derredor de dicha plaza. Pasó el tiempo, yo crecí y comencé a tener amigos que eran alumnos del colegio y fue cuando por la tarde nos reuníamos bastantes chamacos de diferentes escuelas a jugar a lo que llamábamos parque, liga o ligazo, éste consistía en usar una liguita entre los dedos pulgar e índice colocarle en un extremo un pedacito de cáscara de naranja se le jalaba a la liga y se le lanzaba a un compañero y formábamos dos bandos en los cuales el Kiosco se transformaba en campo de batalla; había que ver la cantidad de chamacos que corrían alrededor de dicho Kiosco atacando a los que estaban arriba y escuchándose inmensa algarabía por ambos bandos. El Kiosco también se usó como punto de reunión de los mítines políticos que se hacían cuando se promovía un presidente municipal, un candidato a gobernador, de los que me recuerdo son: León García, que peleó la gobernatura a Reynaldo Pérez Gallardo, siendo éste el triunfador, lo usaron también Gonzalo Santos, Ismael Salas y como candidatos a la presidencia de la República: Ruiz Cortines y el general Rojo Gómez. Fue también escenario de varios gritos de independencia antes de efectuarlos en la presidencia, también en Los cómputos que se efectuaban en los meses de septiembre para elegir a la Reyna de las fiestas patrias. Varios años también fue utilizado para llevar a cabo los sorteos de los conscriptos que iban a ser llamados a varios estados de la República a prestar su servicio militar. Yo para mí, me dejó muy hondos recuerdos pues el Kiosco también sirvió como testigo mudo de los enamorados que se iban a apostar a su alrededor y entregarse a dulces coloquios; y ahí me cuento yo, pues ahí le declaré mi amor a la que fue mi novia y después mi esposa hasta el último día de su vida. Miguel Alemán también fue de gira, pero él ya dio su discurso desde el balcón del segundo piso del Hotel Plaza. De este Kiosco se contaban algunas leyendas, que nunca supimos la verdadera realidad, se decía que en su interior en la parte de abajo corría un túnel que había sido de bandidos que se ocultaban ahí y que servía para acarrear sus botines, ¿verdad o mentira? Nunca lo supimos.
Termina así su relato don Lamberto, dejándonos un sabor de boca dulce por evocar aquellos tiempos.
Foto tomada del Museo Regional del Rioverde.