sábado, 21 de septiembre de 2013

Una Anécdota de Don Vidal Castillo

Don Vidal Castillo y su Sra. Josefina Gonzalez
En los tiempos de la revolución, Rioverde no fue exento de este acontecimiento, a esta ciudad vinieron diferentes revolucionarios e hicieron su historia.

     Una de estas historias es de cuando vino gente de Juan Barragán, eran revolucionarios que venían muy desesperados por tanto tiempo de andar fuera de su hogar, que añoraban de todo, sobre todo de un baño, tan es así que llegaban y sacaban las tinas de agua y se las aventaban unos a otros para sentir la delicia del agua en su cuerpo, y no se diga de unas tortillas recién salidas del comal o de unos huevos o de frijolitos.

     Don Vidal Castillo, dándose cuenta de esto, ordenó que se hiciera lo necesario para darles de comer a la gente revolucionaria, de lo cual quedaron muy agradecidos toda la tropa.

     No paso mucho tiempo para que regresaran a Rioverde, y una de las indicaciones que traían era la de detener y fusilar a Don Vidal Castillo.

     Resulta que Don Vidal desde ese entonces era corresponsal del diario El Universal, y enviaba notas de los sucesos de la revolución y este hecho afectaba sensibilidades de algunos. Tanto fue así que algún revolucionario, al conocer lo que escribía Don Vidal, ordenó que al pasar por Rioverde lo primero que debía hacer la tropa era fusilar a Don Vidal.

     Al llegar a Rioverde, los integrantes de la tropa, recordando los apoyos y las atenciones que habían recibido por parte de Don Vidal cuando anteriormente habían venido a esta región, hablaron con él y le dijeron: “Don Vidal, traemos la orden de que el día de mañana, a las 4 de la mañana vamos a venir a detenerlo y fusilarlo, se lo digo para que se vaya. No quiero cumplir esa orden por lo bien que se portó con nosotros por lo que le pido que huya.”

     Don Vidal, siguiendo la recomendación, hizo caso y se fue para la sierra, huyendo hasta llegar a Victoria Guanajuato con Don Carlos Charre, donde estuvo un tiempo, después de ahí se fue a San Luis Potosí donde se estableció. Como él era también compositor, trabajó en ese medio, siendo director de dos de las orquestas del estado, trabajo que le sirvió para que en un tiempo arreglaran su situación y quitaran la orden de fusilamiento y así poder regresar a Rioverde.


Don Vidal todavía vivió muchos años, pero se recuerda como su don de servicio y de apoyar en las necesidades de la gente le ayudaron en su largo recorrido por la vida.

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