Una breve biografía de Antonio de León rojas “El Dandi”
“Una colaboración de sus hijos y del güero Gama”
Hablar de un “Dandi” es hablar de un personaje con una
personalidad fuerte con nuevos valores y un referente para la moda masculina,
que se vestía bien pero nunca como los demás, con prendas que llamaban la atención
y recordando que “El Dandi existe cuando hay ojos, los suyos y los de otros
para mirarlo”.
Antonio de León
Rojas, alias “El Dandi”, nació en Matehuala, sin embargo emigro a Rioverde
buscando fortuna a la edad de 26 años, se vino con su mama, pero
desgraciadamente al año y medio su mama falleció.
A su llegada, el dandi vivió los primeros años en la calle
Madero donde actualmente esta el negocio de “Armandos” y después se cambió a
Abasolo, entre Juárez y Madero. Fue también aquí en Rioverde donde contrajo
matrimonio con la Sra. Ofelia Torres, y tuvo a nueve hijos, siete mujeres y dos
hombres.
El Dandi llego con el oficio de músico, e inmediatamente se juntó
con los hermanos Patiño, quienes le ayudaron en esa época. Al mismo tiempo, ya
estando aquí empezó a practicar una de sus pasiones que era la lucha libre, y
con el tiempo empezó a realizar luchas tanto aquí como en San Luis. Él estaba
registrado en la Asociación de Lucha Libre y en sus buenos tiempos se enfrentó
a luchadores como “huracán” Ramírez, el “Rayo de Jalisco”, entre otros.
En realidad, él fue el primero que trajo a Rioverde la lucha
libre, empezó en una arena que tenía en la calle Mier I. Terán casi llegando a
Morelos, donde con varios más se juntaban para entrenar, y los eventos que eran
de lucha profesional los hacían en los baños de Lourdes de la calle Moctezuma.
Como padre fue muy duro, inclusive sus hijos recuerdan que tenía
un mecate y cuando se portaban mal metía el mecate a un tambor de agua y ya
mojado les daba uno buenos cintarazos.
“Era de carácter fuerte”-cuentan sus hijos-“luego luego se encendía
cuando alguien lo hacía enojar aunque la gente lo estimaba mucho y normalmente
no se bronqueaba con cualquiera”
Era muy conocido y cuando andaban en familia recuerdan como
todos lo saludaban, era conocido incluso por gente de las orillas.
Cuando tenía el grupo musical, llamado “Din Don”. Fue cuando
nació el mote de “El Dandi”, aunque no se sabe exactamente quien lo bautizo con
ese mote. Sus hijos recuerdan que se iban a todos los lugares a tocar y en
muchas ocasiones fueron ayudados a llegar hasta su destino porque los lugares a
donde se dirigían eran intransitables. Sus hijos recuerdan como en una ocasión
que fueron a Pinal de Amores donde no había luz, y el camión los dejo en la
orilla de la carretera, pero los habitantes del lugar subieron al camino en
burros y ayudaron a bajar instrumentos inclusive ayudaron con la planta de luz.
Uno de sus hijos recuerda que él lo acompañaba, sobre todo
porque “El Dandi” ya andaba malo de la diabetes y a veces no podía caminar y
entonces había que ayudarlo.
Otro dato sobre El Dandi es que también era sastre, lo cual además
de mostrar que este hombre era muy polifacético, también nos da razón del porqué
del cuidado de su atuendo pues tenía cierto sentido de la estética en su
indumentaria, siempre andaba muy bien presentado.
Este mismo oficio ayudo a que, cuando tuvo a su grupo musical,
siempre procuro traerlo a la moda. Él les pedía la tela y el mismo les
confeccionaba su traje a los integrantes del grupo y a el mismo. Le gustaba
mucho los trajes blancos y zapatos blancos, además de los colores pastel, el
pelo lo traía un poco largo de la parte de atrás, sin exageración, siempre
brillante y muy bien peinado y muy pulcro en el vestir, eso si se me quedo
grabado porque los botones de la camisa de arriba los usaba abiertos, además de
que tenía la caja torácica muy amplia y se veía bien.
Llamaba mucho la atención verlo entrenar en vivo, cuando
llegabas a la arena y veías al Dandi entrenando en persona te llamaba la atención,
él tenía “don de gentes” es decir era un tipo muy accesible, muy sonriente, que
a veces decía uno parece un tipo rudo sin embargo era muy amable y no tiene que
ver una cosa con la otra, podía ser rudo y a la vez amable, pero esos son
juicios que ahora los haces, pero en aquel tiempo se le miraba llegando a la
arena, entrenaba, hacia sus ejercicios, brincaba de las cuerdas, en fin…
En aquel tiempo en el deporte de la lucha libre había gente
destacada como “La Tonina Jackson”. “Huracán Ramírez”, “Blue Demond”, “El Santo”,
“El Enfermero” y aficionados que se empezaron a meter como “Dorrel Dixon” un
negro jamaiquino que le dijeron: “usted tiene todo nomas métase a las maromas”
pues tenía un físico impresionante, con una caja torácica muy ancha.
Algunos luchadores contemporáneos al Dandi Aquí en Rioverde
fueron por ejemplo “Maxi Max” el Dr. Guerrero, que llegaron a alternar con él. Probablemente
hubo más luchadores buenos, pero como se tuvo al Dandi pues opacaba al resto,
porque yo me acuerdo de eventos donde llego a luchar con gente destacada y era
aun así un personaje que llamaba la atención.
Uno de los problemas y a la vez ventaja que vivimos en la época
de los años 55-60 era que no había medios de comunicación como ahora, a los héroes
los veías en vivo, no había magazine de tv notas y la fotografía era una
actividad muy minoritaria, había cámaras cuadradas donde hasta oías el clap clap,
ese era el problema de nuestra época. Entonces tenías la oportunidad de ver a
tus héroes en vivo y no en las revistas, yo tuve la oportunidad de verlos en la
arena de los baños de Lourdes o en ocasiones en el Teatro Hidalgo, aunque aquí el
escenario no estaba para eso y ese tipo de luchas donde se hacían bien era en
la capital por tener lugares adecuados, aquí se acondicionaba un ring en la
cancha de básquet y las gradas era multifuncionales pues servían para básquet, servían
para lucha y para teatro porque luego las volteaban, aparte de los luchadores
que vinieron también se llegó a presentar “El Chato Padilla” con el “Teatro
Tallita” y algunos otros artistas de esa época.
En fin, ese fue “El Dandi” un personaje que dejo una impresión
agradable en quien lo conoció, difícil de imitar y envidiado por quienes
quisieron seguir sus pasos.
El Dandi murió a los 48 años, y fue sepultado en el panteón municipal
de Rioverde.
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