jueves, 2 de abril de 2015

Cinema Rio

Una de las principales atracciones en Rioverde durante los años 60’s era el famoso Cinema Rio, la historia cuenta que su nombre se debe a  que lo iba a inaugurar Mario Moreno Cantinflas, y en su honor el cine se llamaría “Cine Mario” pero desafortunadamente el queridísimo “Cantinflas” no pudo venir a la inauguración, y como ya se tenía la marquesina con ese nombre, así decidieron dejarlo, solamente se alteró un poco para que quedara como “Cinema Rio”.

     Yo recuerdo que a mí me tocó ir a la inauguración, pusieron la película de Cantinflas “Un día con el diablo” y mi papá me cargaba para que alcanzara a ver la pantalla, pues como se esperaba que a la inauguración asistiera Cantinflas el cine estaba totalmente abarrotado y no alcanzamos asiento, nos tocó parados.

     La programación del cine se colocaba en unos cuadros con cristal que estaban incrustados en la pared de afuera, uno en cada extremo, también ponían unos tripies grandes a lo largo del pasillo y que uno podía apreciar desde la calle pues la cortina tenia de la mitad para arriba solo barrotes que permitían las vista y era común decir que íbamos a ver "las cartulinas".

     La cartelera era para todos los gustos: sábado, domingo y lunes eran las películas más actuales en ese momento; martes y miércoles eran de relleno porque eran las que menos atracción tenían y normalmente el cine estaba solo; pero los jueves y viernes eran lo que llamábamos para "recoger casquillos" porque eran las clásicas mexicanas de pistoleros y caballos, además, los domingos era el matiné pues las películas se pasaban desde las nueve de la mañana hasta la una de la tarde, y era lleno total.

     Los domingos en la noche era familiar pues se llevaba a toda la familia y en los cortos de medio tiempo se avisaba de los siguientes estrenos o se pasaban noticias nacionales era, la oportunidad de salir a la tienda donde se compraba refrescos, chocolates, dulces, churritos o papas. Los viernes era el día de (con todo respeto) "las gatas" y era cuando se llevaba a las muchachas de clase baja. Normalmente los domingo en el matiné era para la gente de rancho que venía a ver las películas que habían pasado el viernes y salían a la una, bien “lampareados” porque uno salía de estar en la sala obscura a el pleno sol.

     Uno podía ir al cine a gayola o a luneta, esto de acuerdo a su posición social, a gayola la gente pobre y que eran hileras de cemento acomodadas en forma de escalera, o a luneta que era la sección más cómoda en donde existían sillas individuales; en luneta en la parte de atrás era el lugar de las parejitas donde en lugar de ver la película se dedicaban a las labores del amor, y en la parte de atrás estaba una bardita donde la gente se acomodaba llegando para buscar lugar o cuando estaba totalmente lleno o algunos para ver a las parejitas.

     Muchas personas antes de entrar compraba en la calle de comercio sus panes o charamuscas, que se exhibían en unas vitrinas con su tripie o en la entrada se compraba uno los montoncitos de semillas o cacahuates que los vendían dos señoras en unas mesitas de madera.

     El personal del cine eran personas muy conocidas y queridas por todos nosotros, desde el administrador "Don Ponchito", la señorita de los dulces "Doña pepita”, el "cácaro" Don Patricio y Don Martin, o quien vendía los boletos "Doña Mary" o los que cuidaban la puerta como Don Enrique del área de luneta y Don Pancho de la sección de gayola.


     ¿Ustedes creen que todo esto no se extraña? Desde luego que lo extrañamos, nos llegan a la memoria tantas historias que pasaron alrededor de este cine que el solo recordarlas nos deja un grado alto de nostalgia y melancolía, pues sabemos que aunque llegara a establecerse aquí en nuestro Rioverde alguna cadena de cinemas, no sería lo mismo que aquellos que vivimos nosotros en tan bonitas épocas. 

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