Una de las principales atracciones en
Rioverde durante los años 60’s era el famoso Cinema Rio, la historia cuenta que
su nombre se debe a que lo iba a
inaugurar Mario Moreno Cantinflas, y en su honor el cine se llamaría “Cine
Mario” pero desafortunadamente el queridísimo “Cantinflas” no pudo venir a la
inauguración, y como ya se tenía la marquesina con ese nombre, así decidieron
dejarlo, solamente se alteró un poco para que quedara como “Cinema Rio”.
Yo recuerdo que a mí me tocó ir a la inauguración, pusieron la película de
Cantinflas “Un día con el diablo” y mi papá me cargaba para que alcanzara a ver
la pantalla, pues como se esperaba que a la inauguración asistiera Cantinflas
el cine estaba totalmente abarrotado y no alcanzamos asiento, nos tocó parados.
La programación del cine se colocaba en unos cuadros con cristal que
estaban incrustados en la pared de afuera, uno en cada extremo, también ponían
unos tripies grandes a lo largo del pasillo y que uno podía apreciar desde la
calle pues la cortina tenia de la mitad para arriba solo barrotes que permitían
las vista y era común decir que íbamos a ver "las cartulinas".
La cartelera era para todos los gustos: sábado, domingo y lunes eran las
películas más actuales en ese momento; martes y miércoles eran de relleno
porque eran las que menos atracción tenían y normalmente el cine estaba solo;
pero los jueves y viernes eran lo que llamábamos para "recoger
casquillos" porque eran las clásicas mexicanas de pistoleros y caballos, además,
los domingos era el matiné pues las películas se pasaban desde las nueve de la
mañana hasta la una de la tarde, y era lleno total.
Los domingos en la noche era familiar pues se llevaba a toda la familia
y en los cortos de medio tiempo se avisaba de los siguientes estrenos o se
pasaban noticias nacionales era, la oportunidad de salir a la tienda donde se
compraba refrescos, chocolates, dulces, churritos o papas. Los viernes era el día
de (con todo respeto) "las gatas" y era cuando se llevaba a las
muchachas de clase baja. Normalmente los domingo en el matiné era para la gente
de rancho que venía a ver las películas que habían pasado el viernes y salían a
la una, bien “lampareados” porque uno salía de estar en la sala obscura a el
pleno sol.
Uno podía ir al cine a gayola o a luneta, esto de acuerdo a su posición
social, a gayola la gente pobre y que eran hileras de cemento acomodadas en
forma de escalera, o a luneta que era la sección más cómoda en donde existían
sillas individuales; en luneta en la parte de atrás era el lugar de las
parejitas donde en lugar de ver la película se dedicaban a las labores del amor,
y en la parte de atrás estaba una bardita donde la gente se acomodaba llegando
para buscar lugar o cuando estaba totalmente lleno o algunos para ver a las
parejitas.
Muchas personas antes de entrar compraba en la calle de comercio sus
panes o charamuscas, que se exhibían en unas vitrinas con su tripie o en la
entrada se compraba uno los montoncitos de semillas o cacahuates que los vendían
dos señoras en unas mesitas de madera.
El personal del cine eran personas muy conocidas y queridas por todos
nosotros, desde el administrador "Don Ponchito", la señorita de los
dulces "Doña pepita”, el "cácaro" Don Patricio y Don Martin,
o quien vendía los boletos "Doña Mary" o los que cuidaban la puerta
como Don Enrique del área de luneta y Don Pancho de la sección de gayola.
¿Ustedes creen que todo esto no se extraña? Desde luego que lo
extrañamos, nos llegan a la memoria tantas historias que pasaron alrededor de
este cine que el solo recordarlas nos deja un grado alto de nostalgia y
melancolía, pues sabemos que aunque llegara a establecerse aquí en nuestro
Rioverde alguna cadena de cinemas, no sería lo mismo que aquellos que vivimos
nosotros en tan bonitas épocas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario