"A RIO VERDE" por Lamberto Olivo

En el 400s aniversario de la fundación de Rioverde el Sr. Lamberto Olivo le compuso un Poema a Rioverde, como un homenaje a esta tierra que lo vio nacer.

Mi hermoso Río Verde se viste de gala en aniversario de su fundación. Por eso hoy le dedico este poema que escribí en el año de 1949.

A RIO VERDE

Orguyo de la nación es mi pedazo de suelo,
que por mandato del cielo ha sido u una admiración.
y al brotar como canción los murmullos de tu rio,
hacen que mi pecho frío sienta calor de repente;
porque sabe exactamente que no hay pueblo como el mío.

De tu esbelto campanario se contemplan tus vergeles.
que cual enormes flojeles los cubre verde sudario.
así el mismo campanario con sus notas melodiosas,
en mañanas tan hermosas deja escuchar su cantar
que da alegre despertar a las blancas mariposas.

Desprenden de tus jardines aromas embriagadores,
que despiden de sus flores los perfumados jazmines.
desde lejanos confines níveas capas de azahares,
que son frondosos altares que s e mecen con la brisa,
mientras lejos se divisan tus campiñas inmortales.

Y bajo el sutil aroma que los azahares desprenden,
los campesinos entienden el canto de la pellona;
que entre el carrizal entona con ayes tan lastimeros.
mientras alla en los potreros los maizales reverdecen
y entre ellos aparecen los humildes jornaleros.

De tus ceibas milenarias y tus tupidos otates,
hay poemas que los vates en ellos se inspirarían.
y en sus versos dejarían toda su belleza escrita,
porque en mi tierra bendita hay poema y hay canción
cuando digo con pasión: ¡ cómo es mi tierra bonita!.

Tus callejas pintorescas revestidas de adoquín,
hacen de todo un trajín la marcha caballeresca,
que es de todos pintoresca de tus zolkis llamativos,
que hacen todo un atractivo del turista que lo admira;
porque al mirarlos se inspira por su tirar primitivo.

Tu triste ciudad fernández, tu místico san antonio,
podrán dar su testimonio de tus riquezas tan grandes,
que por donde quiera expandes con tu fuerte agricultura.
lo mismo que la bravura de tus hombres valentones,
cuando en fuertes ocasiones algún rencor se fulgura.

Son tus paseos tan hermosos que tienes por donde quiera,
desde la fresca ribera hasta tus campos verdosos;
en donde pastan ociosos los bueyes por la ladera,
que con rústico cencerro contemplan el panorama
que semeja una amalgama de matices lisonjeros.

Tus mujercitas hermosas con su andar tan zalamero,
hacen que todo viajero sienta amor por eses rosas;
que por ser tan primorosas por todos reconocidas,
sean siempre tan queridas sin tener pero ni sino
en mi tierra tan querida ¡qué es el vergel potosino.

Por eso te quiero tanto tierra fértil y olorosa,
que cual perfumada rosa en sus pétalos encierra
y entre su cáliz aferra lo más puro, bello y santo.
por eso te quiero tanto ¡oh, mi rio verde querido !
porque entre mi pecho anidó el esplendor de tu encanto.