domingo, 9 de diciembre de 2018

La caída de la Torre de la Iglesia de Santa Catarina de Alejandría.


El 15 de diciembre del presente año se cumplen ya 42 años de un acontecimiento que cimbró al pueblo de Rioverde y sus alrededores. La tarde de ese miércoles quedaría grabada en la memoria de nuestro pueblo, eran apenas las 5:10 de la tarde cuando el estruendo de los escombros cayendo y el sonido de las campanas alertaría de la tragedia a los vecinos del lugar: la caída de la Torre de la Iglesia de Santa Catarina de Alejandría marcaba un antes y un después en la historia de Rioverde. Esa misma tarde todo el pueblo se unió en uno solo para prestar ayuda en la remoción de escombros y búsqueda de posibles víctimas, en un tiempo record la volverían a levantar. Entre los testigos más cercanos de aquella tragedia se encontraría el Dr. Carlos Gama Morales, quién vivió muy de cerca este acontecimiento y nos cuenta sus experiencias.

Caída de la Torre                      

     Ese día regresaba a la casa y pase por la plaza dando la vuelta por la gama para entrar por la cochera que esta sobre la calle Escandón, me metí a la cochera, y al entrar a la casa veo entrar a mi hijo Arturo corriendo ¡Papá, se cayó la torre! no sea mentiroso yo acabo de pasar por ahí, en eso deja la puerta abierta otro chamaco que venía con él y vi una nube como una neblina y  corrí a la puerta y veo un corredero de gente ¡la torre doctor, la torre! Volteo, ya no veo la torre y lo primero que me imagine fue un apachurradero de gente, entonces corrí hacia la Iglesia y era una polvareda y no se veía nada, me metí a la iglesia y estaba una viejita “doña Cristina” era la mama de la esposa de don julio Villegas, yo la conocía de toda la vida y ella estaba rezando el rosario y ni cuenta se dio, voltee para atrás y en el coro estaba un hoyote, ahí se había caído parte de la torre; me volteo  y le digo a doña cristina: dice el padre que va a cerrar la iglesia porque hubo un accidente que se venga y la lleve hacia fuera por la puerta del santuario y es que por el frente estaba tapado de tierra y de piedras, y le digo váyase por aquí, recuerdo que me dijo: ¿qué paso? luego le platico doña cristina pero váyase porque hay mucha gente y no la vayan a tumbar, porque ya estaba muy viejita y ya se fue la señora; enseguida me vine caminando buscando si hubiera más gente pero ya no vi nada; solo un niño salió lesionado y como yo en ese tiempo era el Presidente de la Cruz Roja lo mande a San Luis en la  ambulancia, afortunadamente ya se había presentado conmigo el encargado de la ambulancia este Max Martinez y le dije llévatelo inmediatamente a san Luis lo acompaño la mama y un amigo de ella pero en el camino desgraciadamente falleció el niño y se dieron la vuelta para Rioverde; todo fue con cierto temor llegaron las compañías mineras y como cien camiones, todo lo sacaron y se lo llevaron y más adelante lo necesitaron y tuvieron que traérselo otra vez, también se encontraron sangre pensando lo peor removieron con cuidado los escombros pero se dieron cuenta de que era de pichones.
La noticia corrió muy rápido y en un abrir y cerrar de ojos llegaron al centro mucha gente, quienes salieron de sus casas con todo y sus hijos “bien agarrados de la mano y no se suelten”, quienes se salieron de sus trabajos “ahorita vengo, voy miro y me regreso”, creando un caos y mirando con ojos asombrados y sin creer lo que estaban mirando.
Comentaba que los que si se han de haber asustado fueron los de la fama porque casi les cayó a los pies y lo chistoso o curioso fue que cayó a plomo y todo cayo dentro del atrio y muy poco salió fuera de él, por ejemplo el reloj casi entro a la fama pues quedo en la banqueta y todo lo de arriba cayó encima y poco se fue hacia un lado la gran mayoría comento que lo bueno fue que fue después de la feria y de la virgen de Guadalupe pues si hubiera sido cualquiera de esos días y a la misma hora imagínese. Según dijo Beto verastegui que era el líder de los camioneros en ese entonces, que calculaban que eran como mil toneladas las que se retiraron y esto lo estimaron por el número de camiones que anduvieron recogiendo el escombro.

De inmediato se formó un patronato para la construcción y lo hizo Alicia Ruiz ella era hija de doña josefina navarro y en ese patronato quedaron: don Fausto Izar Charre, J. Trinidad Zarate Castillo, Miguel Ángel Sierra y Abel Rangel; ella más adelante hizo unos versos los imprimió y los repartió a todos, como el que les muestro:

REFLEXION
 Una página triste que enluto a Rioverde:
El derrumbe de la torrea de su querido Templo Parroquial.
Le teníamos tanto cariño… ¡era un monumento cargado de recuerdos…!
Era la fe de nuestros antepasados.
Orgullo y ornato de nuestro pueblo.
Pero todo lo material muere.
Dios en su misericordia nos da una llamada de atención, tocando nuestra sensibilidad, para que entremos en nuestro interior, y pensemos que más importantes que el templo material es el templo espiritual, no olvidemos que somos templos vivos de Dios.
Entremos en este Santuario y veamos en qué estado se encuentra.
¡La Torre símbolo de nuestra fe…!
¿Cómo se encuentra en nosotros?
El reloj marca los acontecimientos de nuestra vida. Las sonoras campanadas que alegran los aires están caídas… ¡Están mudas…!
Rioverdenses, ¿Qué dirá el Señor que habita en nosotros?
Todos deseamos que la torre este erguida y airosa como antes, ya que estamos trabajando en su construcción, por lo que nos felicitamos en haber cooperado a ese fin.
Dios estará más contento si levantamos lo que se ha derrumbado en nuestro Templo Espiritual.
Restaurarlo todo en Cristo.
En Rioverde los días tristes pasaron, ahora luce gallarda la nueva torre, como renuevo de primavera, como es la fe del pueblo de Rioverde.
Con inmenso gozo te contemplo desde mi casa y veo en ti el esfuerzo de un pueblo que sabe restaurar todo en Cristo, ahora sus campanas tocan a gloria y nos llevan al Cielo.

¡Felicidades Rioverdenses…!



Recuerdo que vino el arquitecto Andrés Hardy y me dice: oye como le hacemos yo traigo el proyecto de la torre, le dije: pues ve a ver al señor cura, no pero yo no lo conozco ni el a mí, entonces le hable al padre Juvenal y le comente del arquitecto y le dije que lo escuchara y le mostrara lo que el proponía, total que él se quedó con el proyecto y además trajo a un ingeniero que era especialista en resistencia el cual se dedicó a hacer análisis de la base y dijo que estaba súper maciza y la prueba era que se cayó del primer piso hacia arriba y la base quedo intacta.

El 1º. De julio de 1980 a las 5 de la tarde fue bendecida por el Obispo Diocesano La torre ya terminada.

Este relato nos lo compartió el Dr. Carlos Gama Morales.
Fotos del Museo Regional del Rioverde y del Archivo Municipal.

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