domingo, 24 de marzo de 2019

María Luisa Guerrero “Mendito”


Cuál es la fórmula para que un negocio, (el que sea) funcione y tenga éxito?; muy buenas instalaciones? Producto suficiente y bueno? Personal capacitado?. Parece que eso no es suficiente y la prueba la tenemos con “Mendito” ella inicio su negocio de Abarrotes en 1959 a la edad de 13 años y lo acaba de cerrar, duro abierto 60 años; lo importante de esto es mencionar que ella fue muy querida y lo sigue siendo, la gente la sigue apreciando y lo demuestra cada que la ve y platica con ella; platicamos con ella y esto nos compartió:

Yo nací en 1946 y a los 13 años puse la tiendita, siempre vendiendo abarrotes, como arroz, pastas, frijol o azúcar; recuerdo que un señor zapatero siempre pasaba y me decía: usted con 100 pesos inicio aquí, que serían 1000 de ahorita; yo me quedaba pensando y me decía: pues si tiene razón; en aquel entonces había poca gente y la mayoría era gente del campo más del campo que de la ciudad y como yo estaba muy chica los clientes me decían: oye niña, y como la mayoría era gente del campo normalmente venían y compraban 50 de piloncillo, 30 de café (centavos) y se me hacían unas colonas grandes y no me daba vasto, mi papa y mi hermana Elenita me daban la mano y a veces mi hermano pero los que más me ayudaron fueron mi papa y Elenita, recuerdo que en las tardes vendía una caja como del tamaño de las del huevo pero de puro bolillo, el bolillo lo vendía con chiles adentro y salsa eso era para los muchachos de aquel entonces, se terminaba una latota grande de chiles o vendía muchas bolsitas de chile envinagre envueltos en bolsitas chicas y vinagre, también cuartas partes de queso; yo les vendía la cantidad que me solicitaran no necesariamente el kilo completo o la pieza completa; y todavía la gente se acuerda de lo que venían a comprar, y pedían: una cuarta parte de queso y un bolillo y ya eso les servía de lonche y se iban a seguirle adelante;  luego me dicen unas chamacas oiga que mi papa la conoce de años y mi abuelito también, si si lo conozco, y me cuentan de como compraban y les digo si así les vendía de lo que pedían o necesitaban, también recuerdo que vendía veladoras a los muchachos que las utilizaban cuando iban a ser los exámenes o los envases porque los quebraban pues eran muy inquietos pero muy bonitos los muchachos, también rompían los focos y una vendedera de focos, y me decían: pero me lo fía mendito y mañana se lo pago, y tenía una libreta donde apuntaba todo lo que me pedían fiado y nunca tuve problemas siempre me pagaron, recuerdo que una vez un muchacho me mando 20 dólares “por lo que haya cogido” decía en la nota y yo dije órale, los frascos siempre estaban a media calle andaban ellos con los frascos eran muy inquietos y luego ellos me decían yo cogí tantos y yo cogí tantos ellos sacaban los frascos y agarraban los dulces y ya nomás me decían yo agarre tanto y yo agarre tantos; esa era la confianza y es que eran muchachos de antes no como ahora los de ahorita son canijos, también vendía muchísimo refresco y pan bimbo en un corredor que tenía llegaban y ponían los montones de pan, de refresco eran 50 cajas de coca y 50 de suerte y 50 de Pepsi y estaba atrás lleno de puro refresco y cuando volvían a pasar a los 8 días ya no tenía nada yo no sé cómo le hacia la gente que era de campo y como compraban refresco y ya ve que entonces no había uno grande para todos era uno para cada uno y no sé cómo le harían
Yo a las 6 de la mañana abría la tienda porque ya me estaban tocando y ya estaba la hilera como de 5 o 6 personas esperándome.
Una de las características de “Mendito” era que a las 6 estaba de buen humor y a las 10 de la noche seguía de buen humor.

Tenía unas banquitas donde la gente venía por su yerbita (cerveza) siempre en la mañana venían y se sentaban ahí y se echaban su yerbita una vez se equivocaron y me daba mucha risa porque estaban sentados en la banquita y con frio estaban acurrucados y entro un señor de una camioneta y con muchas alhajas me da tanto de esto y tanto de esto otro, cuánto es?  Es Tanto, bueno pues ahora me ferea este billete y se lo ferie, él pensaba que eran dos limosneritos y le daba a uno y le daba al otro y no querían y decía no yo no y el otro decía cógelo y ya lo agarro y yo me reía mucho de eso.
La tienda me dejo muchas satisfacciones y muchas amistades tuve mucho dinero pero como dice el dicho el que se va nada se lleva y nada deja estaba mi papa él nunca tuvo un seguro Elenita no tuvo seguro mi mama tampoco pancho tampoco y de la tienda salió todo para apoyarlos y como ellos me apoyaron mucho de ahí salió para apoyarlos sobre todo en la enfermedad de Elenita pero de ahí salió para eso aunque yo me volvía loca pero todo salió de ahí y también por eso estoy muy agradecida.
Yo cerré porque ya estoy cansada y fastidiada de todo, aunque la gente todavía seguía terqueándome que cuando habría, ya no, ya decidí dejar esto y descansar, Ahorita ya no hago nada a las 8 de la noche me voy a acostar voy al centro voy a misa.
Al principio extrañe la tiendita pero muy pocos días ahorita ya no y estoy bien y me siento muy a gusto.
Yo de salud estoy muy bien lo único que me afecta son los pies porque me canso.
A mí me dejo muchas satisfacciones porque hoy todavía los muchachos me hablan, la gente me reconoce, la amistad de toda la gente seria lo más relevante que me dejo este negocio.

Esto quiere decir que el éxito de un negocio depende de: del buen trato, de la confianza en el cliente y de atender siempre con una sonrisa.

Mendito, la extrañamos en la tienda pero nos da gusto cada que la vemos y la saludamos, le deseamos que nunca pierda ese ánimo de vivir y esa alegría que siempre manifiesta.

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