domingo, 12 de abril de 2015

Iglesia Presbiteriana

Foto tomada de Archivo Histórico de Rioverde
Colaborador: LCC. Lucas Hernández Salinas


Edificación de la Iglesia Presbiteriana
En 1985 el INAH, la consideró como una joya arquitectónica dentro del patrimonio nacional

El 4 de Julio de 1896 el reverendo Juan Edwards compró el predio ubicado en las calles de Guerrero y Centenario para construir el templo de la Iglesia Presbiteriana, llamado Templo de Cristo, el cual se terminó de construir en 1897. El edificio presenta un lenguaje ecléctico, mezcla con diferentes elementos  de distintos lenguajes, pertenecientes a fines de siglo XIX y principios del siglo XX con una fachada mezclada entre el neoclásico en el cuerpo neogótico por las torres que flanquean el acceso.

El edificio en su portada presenta el frontón neoclásico que con trazos armónicos, descansa sobre un friso decorados con motivos florales, el mismo que se apoya sobre seis columnas adosadas al muro de la fachada las que presentan robustos pedestales con austeros capiteles dóricos, el acceso toma forma a partir de un angosto vano rectangular que remata en un arco ojival que representa metafóricamente una flor. Las torres esbeltas se desplantan sobre un primer cuerpo y rematan en una cornisa con capiteles neogótico, cuenta con un campanario al cual se accede por una escalera de caracol en troncos de madera incrustados en la pared.
El ábside parte posterior del templo semicircular tiene la función de proyectar el sonido. La bóveda de cañón es de geometría cónica. La construcción es de piedra porosa con mezcla de cal antigua. Sus muros son de 1.05 metros, la piedra está labrada, sus seis columnas, elaboradas con ladrillos y terminados en aplanados de cal en el propio interior. En 1985 el Instituto Nacional de Antropología e Historia, INAH, la consideró como una joya arquitectónica dentro del patrimonio nacional.

Fuentes:
Reseña Histórica de la Iglesia Presbiteriana A.R. de Cristo en la Ciudad de Rioverde, SLP   “en el 105 aniversario de la construcción y dedicación de nuestro templo”.
Archivo Histórico Municipal, LCC. Lucas Hernández Salinas



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