jueves, 14 de mayo de 2015

En Rioverde también hubo juegos de pelota

Colaborador: LCC. Lucas Hernández Salinas

Época prehispánica
En Rioverde también hubo juegos de pelota

Durante la época prehispánica, en lo que hoy conocemos como el valle del Río Verde, que abarca los municipios de Rioverde, Ciudad Fernández, San Ciro de Acosta, Lagunillas, Rayón, Cárdenas, Santa Catarina y Alaquines, hacia el año de 500 al 1100 se desarrolló una cultura con características netamente mesoamericanas a la que podríamos llamar Cultura del valle del Río Verde, por su situación histórico-geográfica y que pertenece a Mesoamérica septentrional.

En su época de mayor auge, es probable que esta cultura contara con un sistema de irrigación a partir de las aguas de la Media Luna; su población alcanzó a contar hasta con 15,000 habitantes, para su sustento desarrollaban la agricultura de temporal y estaba presente la división del trabajo; algunas personas empezaron a especializarse en la elaboración de pipas para fumar, una planta autóctona muy parecida al tabaco actual.

Una de las ocupaciones más importante la constituía el comercio de cerámica, obsidiana y cinabrio, este último con regiones dominadas por huastecos y teotihuacanos principalmente. El cinabrio es un colorante rojizo de piedra  con el que se les daba éste color a las pirámides teotihuacanas

Las unidades habitacionales tenían por lo común entre 35 a 60 metros cuadrados de superficie y una altura de 1.5 metros, con escalones, eran construidos con mampostería y bajareque, zacate amasado con tierra. Los centros ceremoniales y/o administrativos eran los que llegaron a tener la mayor altura, hasta 10 metros; éstos eran, en su mayoría, rectangulares o cuadrados y una arquitectura más detallada.

Los juegos de pelota aparecen más habitualmente en los sitios que comprenden 30 o más montículos, con dimensiones de 30 a 50 metros. La longitud de la cancha era de 5 metros; la anchura era de 9.5 metros y un metro de altura  de las estructuras laterales; estos ocupaban un importante espacio en sus actividades político-ceremoniales. Los que perdían en el juego eran sacrificados y morían con dignidad; como en su mayor parte eran aldeas pequeñas y medianas, es poco probable que hayan existido fuertes contrastes sociales. En cuanto a su religión no se sabe el nombre dado a sus dioses, pero probablemente adoraban al sol, la luna, el agua y otros elementos naturales.

Fuentes:
Cronista de la Ciudad, Ricardo Castillo Robles

Archivo Histórico Municipal, LCC. Lucas Hernández Salinas

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