domingo, 13 de diciembre de 2015

El día que se cayó la torre

Este próximo 15 de diciembre se cumplen 39 años del suceso que marco la historia de Rioverde, como lo fue el derrumbe de la Torre de la Iglesia de Santa Catarina; a continuación un fragmento de ese suceso

El día que se cayó la torre

En medio de un sordo ruido y una inmensa nube de polvo que cubrió varia cuadras de la Ciudad se vino abajo la enorme torre de la Iglesia de Santa Catarina de Alejandría.
Los hechos ocurrieron a las 17:10 hs. Del día 15 de diciembre de 1976, cuando por fortuna, dado lo frio del tiempo, había poca gente a los alrededores. La enorme torre de casi 60 metros de altura, hecha de piedra y mezcla, contaba con 205 años de que fue terminada.
Testigos presenciales de los hechos señalaron que sintieron que la tierra tembló y se dejó escuchar un sonido sofocante, pero fuerte a la vez, viendo como la elegante de piedra caía por tierra, hecha en miles de cientos de pedazos. Dentro de los escombros fue rescatado el menor Antonio Reyes Hernández, de 3 años de edad por el valeroso joven Antonio Reyes Hernández, quien perdió el dedo medio de la mano derecha al serle prensado por una piedra, también resultó lesionado el menor José Arturo Reyna.
La noticia corrió como reguero de pólvora por toda la Ciudad, los comercios cerraron sus puertas, la gente se aglomero por millares en la plataforma de la plaza de la fundación y de lugares circunvecinos acudieron, entorpeciendo por un lado grandemente las labores de salvamento y búsqueda de posibles víctimas.
Fue hasta que llego el ejército, que se acordono todos los alrededores del templo de Santa Catarina de Alejandría, llegando trascabos, bulldozers, camiones y todo tipo de vehículos de la Residencia S.O.P., Cía. Mineras y particulares.
Que la torre se sentó, evito la muerte de cuando menos medio centenar de personas, alcanzo a derribar todo el atrio con miles de toneladas de pesadas piedras y polvo, en el cual quedo hecho en mil pedazos el centenario reloj.
Varias personas recibieron un fuerte shock nervioso, así como el sacerdote Ernesto Huerta Vázquez, y el otro vicario lo era el padre Crescencio López Alonso. Los trabajadores encargados de reparar y pintar por su puntualidad característica para salir del trabajo fue lo que en este caso salvo a los cuatro que trabajaban en la torre, que se dedicaban a pintar, sin tocar la parte norte del primer piso, el campanario, donde había siete grandes grietas.
Aunque uno de ellos se dio cuenta que las grietas se estaban ensanchando y empezó a caer tierra de la parte superior de la torre, lo que hizo que estos trabajadores se bajaran sin saber ni cómo.
Solo hubo una defunción a causa del derrumbe, siendo del menor Victorino Torres Vázquez, de 13 años de edad, por fractura de cráneo. La misa de cuerpo presente fue en la Plazoleta con la concelebración de los sacerdotes del Refugio y Ciudad Fernández, y una multitud de gente. El Sr. Cura lo era Don Juvenal Martínez Lara y el Presidente Municipal Don Fausto Izar Charre.
Se entrevistó a Don Eugenio Verastegui, el cual señalo que el templo fue terminado incluyendo la alta torre aproximadamente por el año de 1771, instalándose el reloj en 1872.
Por comentarios del Dr. Alberto Verastegui Estrella, quien comando un grupo de camiones mineros voluntarios, dijo que de acuerdo al número de viajes y el tonelaje de uno de ellos se pudo calcular que la torre tenía un peso de 800 toneladas y con el total de escombro de 100 toneladas.
Por la opinión de la Secretaria del Patrimonio Nacional y de los ingenieros locales indica que la causa del derrumbe fue lo débil de los pilares del primer piso, “el campanario”, varios de los cuales tenían grandes grietas. Para 1970 presentaba un desplome de 0.70 mts.
Lo cierto es que era del conocimiento popular de que la torre estaba inclinada hacia el lado noroeste, y se le había detectado un desplome desde principios de siglo, que cada vez era mayor, el señor Cura Feliz M. Madrazo, tuvo la intensión de derribarla, pero ante la imposibilidad de poderla reconstruir desistió de la idea.
Una página triste que enluto a Rioverde: El derrumbe de la torre de su querido Templo Parroquial. Los señores Fausto Izar Charre, J. Trinidad Zarate Castillo, Miguel Ángel Sierra, y Abel Rangel, fueron de las personas que con entusiasmo bravío y amor al terruño, realizaron el prodigio que resume el valor de un pueblo que ama su parroquia, que realizaron el prodigio de la nueva torre, símbolo de la fe de un pueblo creyente. Su resurrección fue bendecida por el Sr. Obispo Diocesano a las 5:00 P. M. del 1º. De julio de 1980.

Lic. José de Jesús Alvarado Orozco, Historiador
LCC Lucas Hernández Salinas, Archivo Histórico Municipal
Lic. Ricardo Castillo Robles, Cronista de la Ciudad.

Foto del Archivo Municipal de Rioverde

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