domingo, 27 de marzo de 2016

Inicios de la Luz en Rioverde, S. L. P.

“La Planta” de San Isidro fue un bello parque natural: el cuarto de máquinas el área arbolada, los canales y el rio aun sin descargas contaminantes, constituyo uno de los lugares más hermosos de la región; el recreo más popular de los rioverdenses, donde los visitantes se divertían sanamente al disfrutar el agua del rio, de los canales, y de las fuentes que daban un aspecto paradisiaco.
El licenciado Lorenzo Nieto reforesto y embelleció el lugar; dio un esmerado mantenimiento con el cuidado laborioso de una cuadrilla de trabajadores, además, en forma generosa permitía la entrada, en veces se formalizaba con la autorización extendida en su despacho de la calle madero; en otras, la entrada al paseo quedaba abierta al público, de manera permanente.
Pero además, este paraje representa el inicio de Rioverde en la época moderna, por la producción del flujo eléctrico, a través de la caída del agua del brazo “Del Carmen”, proveniente del manantial la “Media Luna”, que desde el 23 de junio de 1860, el Ayuntamiento había concesionario a don Manuel Verastegui Suarez para beneficio de su hacienda San Isidro.
El ayuntamiento dejo en libertad a don Manuel Verastegui, para instalar las maquinas que creyese convenientes; ya para aserrar madera, fabricar papel, moler trigo, producir hilados u otros productos que redundaran en beneficio público.
De esta forma, don Manuel Verastegui fabrico harinas, pero después trato de vender el rancho al doctor Arturo Piernas, que era un médico dentista recién avecindado en Rioverde; no lo compro, pero influyo para que lo adquiriera su tía María del Refugio Martínez, y el doctor como era de empuje decidió aprovechar las instalaciones para generar electricidad.
Así, en 1874, el doctor Arturo Piernas encauso el agua por un canal que mando abrir de 1,190 m. de longitud, en forma de escuadra, para dar mantenimiento a la corriente que caía sobre una rueda que movía el molino. Sin embargo, con los años cambio la maquinaria de producir harina, por otra para generar electricidad.
En ese tiempo, el proyecto para los capitalistas era ciencia-ficción; para los pobladores: brujería, cosa del diablo; dado que inexplicablemente daba calambres. No podían entender cómo se aparecía una luz sin flama. Los inversionistas se mostraban escépticos; doña Refugio Martínez, incrédula. Sin embargo contagiada por el entusiasmo de su sobrino termino por apoyarlo en la idea de generar energía eléctrica para Rioverde; aun antes que alcanzara este logro la capital del estado; no obstante el proyecto se demoró mientras convencí a don Francisco I. Martínez y a don Juan Pablo Alcocer para que invirtieran en la “descabellada” idea de su sobrino Arturo Piernas.
De esta manera, logro que el agua cayera sobre una rueda de Pelton, que hacia girar una dinamo de 80 caballos de fuerza, con el 50% de utilidad, luego se tendió la linera de conducción y las ramificaciones entre el vecindario. Se dieron tomas limitadas a los más “acomodados” a la capacidad de la planta, que trasmitía corriente a un alternador sistema Stanley de 1,000 lámpara, en servicio 400 incandescentes, con un costo de $1.25 al mes por lámpara de 40 watts de las cuales, 150 pertenecían al alumbrado público, libres de costo al municipio.
No obstante, fue hasta el 2 de abril de 1902 cuando el gobernador del estado ingeniero Blas Escontria inauguro la planta.
Las instalaciones se verificaron bajo la supervisión de la casa “Braschi Hermanos” de México; las cuales quedaron bajo la dirección del electricista Manuel Leduc, con oficinas en la 2ds. Calle de Moctezuma, bajo la denominación de “Compañía de Alumbrado Eléctrico, S. A.”. De esta forma, Rioverde fue la segunda ciudad del Estado que obtuvo el beneficio del alumbrado eléctrico.
L Compañía era anónima, su primer gerente fue don Francisco I. Martínez, familiar de doña refugio Martínez viuda de Piernas, quien para 1902 aparecía como propietaria de la referida Hacienda.
Para 1906, el nombre de la sociedad anónima cambio a “Compañía Eléctrica de Rioverde”con un capital social de $50,000.00 pesos y una junta directiva formada por un presidente: Juan Pablo Alcocer y el gerente Francisco I. Martínez. La planta se anunciaba a 6 kms., de distancia al sureste de Rioverde; ahora, con un motor generador de 100 caballos de potencia, que abastecía molinos de nixtamal, ventiladores y algunas otras utilidades de las poblaciones de Rioverde y Ciudad Fernández.
Por otro lado, el 28 de febrero de 1918, la planta de Rioverde se llamó “Cía. Eléctrica de Rioverde, S. A.” el administrador era don Manuel M. Gama; el residente del consejo de administración el licenciado Mariano Alcocer y los vocales Juan Pablo Alcocer, Jesús Hernández Ceballos, doctor Francisco I. Martínez, licenciado Mariano Palau y Fermín Machimina. Sucesivamente, en mayo de 1922, la empresa se denominó “Planta Eléctrica San Isidro”, S. A., como se le conoció popularmente. La directiva estuvo constituida por el ingeniero Carlos Macías, como presidente y vocales Juan Alcocer, licenciado Manuel Sains Larrañaga, licenciado M. Alcocer y Walter Oberschmi dt.
Con el nuevo motor generador de 100 caballos de fuerza, el servicio se mejoró, por eso Verastegui decía: que la planta primitiva se suplió por otra de mayor capacidad, pero la sobrecarga que sufría originaba que los focos de filamento de carbón dieran más calor que luz, con apariencia de los antiguos faroles, que parecían brasas colgadas en el aire. Para obtener luz “algo” pasadera, había que emplear focos de 32 voltios, mismos que se podían operar hasta las once de la noche, pasada esa hora, como subía el voltaje; se fundía.
Siguió el tiempo su marcha inexorable, la planta cumplía bien que mal su función, sujeta a los caprichos del rio que duraba crecido hasta tres semanas y por el alto nivel que alcanzaba, no dejaba operar el desagüe de la turbina; de manera que el pueblo quedaba sumido en tinieblas. Así hasta la década de los cincuenta, fueron muy comunes los apagones y en el momento menos pensado, había que encender los aparatos o quinqués de petróleo, que consistía en un depósito de cristal con una mecha y en la parte superior una bombilla, o bien mechones del mismo combustible que eran de lámina, sin bombilla o las tradicionales velas de cebo que eran amarillentas, o las blancas de parafina.
Por ello, el 19 de febrero de 1937, los consumidores de la compañía de energía eléctrica se manifestaron por los constantes apagones. En aquella ocasión don Luis A. tenorio expuso: es conveniente unirse en vista del mal servicio de alumbrado que está proporcionando la compañía eléctrica, en tales circunstancias, se está violando el contrato que la empresa firmo con los consumidores. Bajo esta inquietud se unieron, y se eligió la mesa directiva:
Presidente Luis A. Tenorio, Tesorero: Enrique Agreda, Secretario Antonio Hernández Guillen, Primer Vocal Álvaro Martínez, segundo Vocal Fidencio Castro, tercer vocal Sabino Martínez.
Además se aprobó el acta de la sociedad: “Unión de Consumidores de Luz y Fuerza Eléctrica de Rioverde” y el lema: “Justicia u Progreso”
En ese año, el presidente de la Republica general Lázaro Cárdenas ordeno al Secretario de Economía Nacional, que diera los pasos necesarios para la creación de una comisión federal de electricidad.
En tales  circunstancias, el 8 de abril de ese mismo año (1937) don Luis A. Tenorio convoco a los usuairos de la “Unión de consumidores de Lu y Fuerza eléctrica de Rioverde”, a quienes les expuso: al enterarme por medio de la prensa proveniente de la capital de la republica que la Secretaria de Economía Nacional, convoco a una junta en la ciudad de México, de todos los consumidores de energía eléctrica del país; por tal motivo los llame, para el efecto de informarles que es importante que nombremos un delegado que nos represente ante la Comisión Federal de Electricidad, con el objeto de presentar los problemas que tenemos por el mal servicio de suministro de energía eléctrica.
De esta manera, se acordó por mayoría de votos nombrar a don Amando Alvarado, lo cual, se le otorgó amplia autorización para que interviniera en todos los asuntos que ahí tratara, siempre en defensa de los intereses de sus representados, quien en ese momento acepto desempeñar fielmente su cometido. Así, el 14 de abril de 1937, asistió a la junta de representantes de consumidores en la ciudad de México, quien al sopesar el panorama nacional contemplo la posibilidad de que los usuarios adquirieran y administraran la empresa hidroeléctrica “San Isidro”.
Para el efecto, el 24 de abril de 1942, los usuarios se reunieron en los salones de la Presidencia Municipal. La asamblea fue presidida por Francisco Rocha Mendoza presidente municipal; Jacinto del Pozo presidente de la Junta de Mejoras Materiales y por los comisionado J. Nicolás Robles y Amando Alvarado; este último informo: la mejor opción para solucionar el problema del mal servicio de suministro de energía eléctrica, es que la Unión adquiera la compañía y la administre; no obstante, a pesar del estado de cosas que prevalecen, se han logrado avances significativos. En diferentes ocasiones me he entrevistado con los señores Alcocer en la ciudad de México, a fin de obtener las mejores condiciones para llevar adelante la adquisición de la empresa.
Por ello, he realizado las gestiones correspondientes ante las instituciones de crédito para obtener un préstamo por la cantidad de $46,000.00 pesos que los señores Alcocer piden por la venta de la empresa.
En consecuencia, el 6 de mayo de 1942, los usuarios lograron un préstamo por $38,000.00 pesos y el 1º. De junio pagaron el valor de la planta “San Isidro” al depositar su valor en la casa matriz del Banco Nacional de México, y así liquidaron la suma convenida a los señores Alcocer.
Los operadores de la planta eran: Miguel Pacheco, Sixto Hernández, Juan Galván y Ángel Gallegos. Electricistas: Alfonso Turrubiates y Perfecto Amador pagador de aguas Eugenio Granados; velador de aguas Gabino Palmares; el gerente administrador: Eleazaro Martínez y el comisario encargado Tirso Pacheco Pérez. Las oficinas de la empresa estaban en calle 5 de mayo No. 9 (sitio donde ahora es una plaza comercial).
El 17 de noviembre de 1942, se firmó el contrato de compraventa, los señores Amado Alvarado y Eleazaro Martínez Sosa procedieron la legalización.
De la nueva acta constitutiva, ocuparon la administración y emitieron nuevas acciones.
Con la asistencia de cerca de cien socios, se nombró una directiva provisional: presidente Amando Alvarado, los escrutadores fueron Juan Verastegui López, Daniel Cabrera y J. Secretario Amando Alvarado, Secretario Nicolás Robles Tesorero Bernardo Noyola, Primer Vocal José M. Martínez. Segundo Vocal José A. Mata. Tercer Vocal Daniel Gama. Cuarto Vocal Daniel Salcido.
Las instalaciones quedaron en poder de Eleazaro Martínez sosa, como depositario mientras se arregló la documentación, quien posteriormente fue administrador general. Las personas que avalaron el crédito fueron: Amando Alvarado $3,000.00, J. refugio López ídem, José M. Martínez ídem, Ignacio Noyola, ídem, J. Nicolás Robles, ídem Julián Gómez Palacio ídem.
Para el 21 de mayo de 1944, solo quedaba un saldo por pagar de $576.76 por cada uno de los fiadores; por lo cual, don Armando Alvarado, en su calidad de presidente del consejo directivo provisional, convoco a una junta para el primero de febrero, en su casa de calle Guerrero No. 25, actual “Centro Medico” donde se informaron los avances. Los escrutadores fueron Juan Verastegui López, Daniel Cabrera y J. Guadalupe López.
Si bien las cifras de producción casi eran las mismas; también las cuotas se mantuvieron fijas. Sin embargo nunca falto la caída de agua para mover el dinamo; pero si, la necesaria para satisfacer la demanda de energía eléctrica que exigía la población. Legalmente, la cantidad de líquido está limitada a las aguas baldías; es decir, a “los sobrantes” del brazo del Carmen de acuerdo a la concesión a favor de don Manuel Verastegui Suarez y al reglamento de Aguas expedido el 11 de julio de 1898, que regulaba la distribución de las porciones que les correspondían a los municipios de Rioverde y de Fernández, además no tenía derecho a determinada cantidad, tampoco a exigir más agua, sin contemplar que crecía la demanda del flujo eléctrico y la planta requería mayor caudal.
Atento al problema, don Amando dio sus puntos de vista: dado que la planta producía 100 KW equivalente de 1,800 a 2,000 lámparas de 40 watts, estimaba el equipo en un valor no menor de $100,000.00 para obtener el doble de la producción se necesitaba reunir cuando menos $400,000.00 para formar un fondo de $500,000.00 como capital de la sociedad. Para lo cual, se emitiría 80 acciones de $5,000.00 cada una.
Así la sociedad, instalaría otra planta eléctrica, dentro o fuera de los terrenos de San Isidro; después, una fábrica de hielo aprovechado la energía eléctrica de la nueva planta.
Además, el 8 de febrero de 1946, los rioverdenses trataron de asociarse a la compañía hidroeléctrica de “Rio Micos” cuya construcción está por terminarse, propiedad del señor Mariano Niño; para tal efecto, se reunieron los señores Juan Verastegui López, Laura Ramírez Verastegui y eleazaro Martínez sosa, presidente, secretario del consejo de administración y administrador de la carta de Eleazaro Martínez Sosa, México, D.F., a Amando Alvarado. Rioverde, 17 de octubre e de 1942.
Planta “San Isidro” respectivamente, con los señores Enrique Zubiaga, Rubén Acuña, Arturo Tobías, estos vecinos de Cárdenas, s. L. P. así como los señores Fabián Nieto N. Ramón Orozco H. ingeniero Mariano Niño y don Antonio salgado, para estudiar la posibilidad de llevar la corriente del Rio Micos a las ciudades de Cárdenas y de Rioverde, sin embargo no se concretó.
Por ello, en 1949, el gobierno del estado confirmo la concesión del uso del sobrante de las aguas del brazo del Carmen, para producir electricidad. “en este año, el licenciado Lorenzo Nieto era el presidente del consejo de administración; don Amando Alvarado el tesorero y el gerente don eleazaro Martínez.
Después de todo, la planta seguía girando pacientemente, con la turbina de 150 caballos, la dinamo de 100 k.v.a., acoplado a un excitador movido por la caída del agua de 17 metros. Los operadores eran Cesáreo Ávila, Roberto Carreón, Sixto Hernández, Miguel Pacheco Salinas y Alfonso Turrubiates. Además Juan Galván y Franco Cruz entre otros.
Fue hasta el año de 1954 cuando en un proceso de nacionalización de la industria eléctrica, la comisión federal de electricidad adquirió el equipo, cuarto de máquinas y además bienes de la antigua planta de San Isidro; así mismo absorbió al personal, procedió a su reacomodo e inicio la ampliación de redes de distribución.
Además, realizo el cambio de contrataciones de las instalaciones caseras. La antigua planta dejo de trabajar hasta el 1º. De mayo de 1955, cuando fue sustituida por la unidad que construyo C.F.E. en la prolongación de la calle Aldama, donde generaron electricidad dos máquinas: una inglesa y la otra suiza, y se mejoró el servicio.
Después, construyo otra unidad en la prolongación de la calle bravo, donde instalo cuatro generadores. A pesar de eso, aun en los años cincuenta y sesenta había frecuentes apagones, por consiguiente había que encender los quinqués; lo que después de todo, ya no era novedad.
Fue hasta el 29 de mayo de 1971, cuando rioverde conto con sobrada corriente eléctrica, al ser alimentada la línea de conducción con la que llego desde la hidroeléctrica de Malpaso, Chicapas para ello se construyó la subestación del Puente Verastegui, con una capacidad de 15,000 y; después, se substituyó por la energía que proviene de Altamira, Tamps.
En los esfuerzos por proporcionar a Rioverde del nivel que requiere la modernidad, que da el abasto del flujo eléctrico, han perdido la vida en servicio Artemio Rivera y Noé Escobar Guevara; el primero, en la década de los treinta y el segundo, el 31 de diciembre de 2002.
Los secretarios sindicales han sido: Sixto Hernández Torres, Alfonso Turrubiartes, Sixto Hernández García, Antonio Amador Hernández, Félix Díaz Díaz, Valente Maldonado Domínguez, Ponciano Meléndez Reyes y J. Jesús Gallegos Turrubiartes.

Datos tomados de José J. Alvarado
Ricardo Castillo Robles Cronista de la Ciudad

Fotos del Archivo Histórico Municipal

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