domingo, 2 de octubre de 2016

Dr. Eleno Cervantes González “El Apóstol del árbol”

Dr. Eleno Cervantes González “El Apóstol del árbol”
Alcalde ordinario en 1893, 1898,1905, 1906 y 1911

Nació el 18 de agosto de 1840, cuando don Juan Cervantes Saldaña era el administrador de la hacienda de Palmillas, tamps., ahí doña Josefa Gonzales dio a luz a quien estudiaría en la Escuela de Medicina de la ciudad de México, donde fue condiscípulo del poeta Manuel C. Acuña.
Caso con Ramona Lucio Ortega, hija mayor del director de dicho instituto Dr. Rafael Lucio Nájera, y nieta, por línea materna, del literato Francisco Ortega. Concibió cuatro hijos: Juan, María, Fausto y Raquel.
En 1875 era aspirante al Cuerpo Médico Militar, en 1878 médico de la Armada Nacional. Fue miembro de la Sociedad Lancasteriana. Con motivo de sus estudios aprendió inglés y francés y por gusto el italiano.
Para 1879 ya radicaba en Rioverde, donde fue Presidente Municipal en varios periodos: 1893, 1894/96, 1898 1905 1906 1911 y en 1906 Jefe Político interino del Partido de Rioverde; Presidente del Club Central Rioverdense, asociado con los Clubes Políticos Alianza “Blas Escontria” de San Ciro y Pastora, en 1887 Presidente y fundador de la Sociedad Mutualista de Agricultores de Rioverde.
Iniciador del cultivo del naranjo a mayor escala y fomento el del tabaco. En 1884 presidente de la Logia Hidalgo 39. Medico municipal y Director del Hospital de Jesús, al fallecer el Dr. Javier Gallardo. En varias ocasiones Sindico y Regidor del H. Ayuntamiento. En 1912 fue nombrado Jefe Político por los alzados de San Ciro que encabezaba Julio del Castillo en la toma de Rioverde.
Inicio el ciclismo con las primeras bicicletas. Intento en una creciente del rio llegar a Tampico en la barca “La descubridora” que mando construir, y al zozobrar y ver que la corriente arrastraba a un compañero, buscándolo exclamaba: “sin duda que Pedraza se ahoga”, frase que se hizo popular hasta la primera década del siglo XX y que se pronunciaba cuando se creía que un asunto iba a salir mal.
En la sociedad filarmónica “La Armonía” asombraba al público infantil como mago prestidigitador, desapareciendo y apareciendo objetos y a los adultos, de un chasquido con los dedos los regresaba del sueño hipnótico.
Bajo su administración municipal de 1894 y 1898 enfrento los problemas por la distribución de las aguas de la Media Luna con el ayuntamiento de Ciudad Fernández y la hacienda del Jabalí. En la administración de 1906 inauguro el Rastro donde ahora es la escuela “Manuel José Othón” y la liga de las Comunidades Agrarias. Creo el “Tivoli de los Naranjos”, un área de esparcimiento en las manzanas entre Morelos y Dr. Islas, con árboles, calzadas y juegos infantiles, tenía desayunadores rústicos, bancas y callecitas que conducían a pérgolas con plantas trepadoras como madreselvas y jazmín de España.
A su llegada, todos los naranjos injertados con las mejores variedades, y aprovechando que fungía como presidente planto naranjos dulces en todas las plazas y calles que se prestaban para ello. Como fue la calle José María Verastegui y la de Reyes, a esta se le conoció como la calle de los naranjos, porque el doctor la adorno con sus árboles favoritos, y en el atrio construyo bancas llamadas glorietas.
Cuando alcanzaban de 1.50 m. a 2 m. de altura, hacia una fiesta en la cual aprovechaba la oportunidad para exaltar las cualidades de toda clase de árboles y el papel que desempeñan en la naturaleza. Para el Ayuntamiento, el fruto aportaba la no despreciable cantidad de doscientos pesos anuales. El pueblo tenia oxígeno y sombra y el ayuntamiento dinero. ¡Benditos naranjos!
Así, al Apóstol del árbol inicio la industria citrícola en grandes proporciones, los agricultores se abastecieron con las yemas de los naranjos dulces plantados en las calles para injertar sus viveros y después poblar los huertos con el árbol de las manzanas de oro, que con los años constituiría la principal fuente de ingreso de los rioverdenses y convertiría el lugar en una entidad naranjera por excelencia.
Colaboro en el Centro Agrícola Industrial Potosino que se fundó el 27 de mayo de 1905, con el objeto de procurar el progreso, la agricultura y la industria, y el 19 de septiembre de 1906 recibió en compañía de James Reed el primer premio por su participación en cultivo de tabaco en rama. El evento se realizó en el edificio donde ahora está el internado Damián Carmona, que adquirió el gobierno para la escuela Industrial Militar. Murió el 16 de abril de 1934.


Tomado del libro: Los Cervantes Lucio en la historia de Rioverde, S.L.P escrito por J. Jesús Alvarado Orozco.

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