domingo, 9 de octubre de 2016

HISTORIA DEL SULKY



HISTORIA DEL SULKY

Los antecedentes más cercanos del sulky son la diligencia y la carreta, que entran al Virreinato del Río de la Plata hacia fines del siglo XVI para transporte de personas y equipaje la primera, y para cargas varias la segunda; o con sus caracteres y adaptaciones impuestos por los usos y las costumbres de cada región, siempre tiradas por caballos, mulas o bueyes.

A mediados del siglo XIX, hay datos que consignan la aparición en las comarcas río platenses de una variación de estos transportes reducidos en tamaño, más elegantes, y también tracción a sangre llamados Sulkys, vocablo de origen anglosajón que pretende ubicarlo como "muy solitario", carruaje aparentemente originario de Australia, también utilizado en las granjas de los colonos británicos en África, de un solo asiento y tirado por un caballo o un avestruz y su uso era para paseo o viajes cortos, haciéndose más popular en carreras y competencias de velocidad. También se tiene noción que Francia fue su paso previo antes de afincarse en tierras gauchas.

En Tucumán se tienen las primeras noticias del sulky allá por 1880 y al parecer al poco tiempo logro su mayor arraigo en Simoca llegando a ser una postal viva de esta ciudad, trascendiendo las barreras del tiempo con una vigencia indiscutible en pleno siglo XXI. En el resto de la Provincia y del país, ya casi no existen. Hacia 1960 había más de 6.000 Sulkys patentados y circulando por las calles de Simoca y por los interminables caminos del interior del departamento, con gracia y elegancia incomparables.

Y a pesar de que con el correr de las décadas ha ido menguando el número de estos simpáticos carruajes (subsisten en la actualidad alrededor de 3.000), sigue imponiendo su presencia, estampando en el paisaje su figura enigmática y humilde. Sigue siendo el medio de transporte ideal para los simoqueños.

EL SULKY: "SOLITARIO Y ETERNO"

Hablar del sulky es como pintar en el alma un bien preciado. Y todo aquel que ha pisado el suelo de Simoca, no puede menos que inundarse los ojos con la imagen de éste transporte tan característico de estas tierras. Aparecen por cada calle, por cada sendero, multiplicando su traqueteo en los aires apacibles de un pueblo que se resiste a modificar su contexto urbano, como si se hubiera detenido en el tiempo; sólo algunas pinceladas de la modernidad, de tanto en tanto, aceleran su ritmo.

Lo cierto es que en Simoca se generalizó el uso del sulky, que ha llegado a poblar los caminos, entremezclándose con motos, automóviles y camionetas 4 x 4, llevando y trayendo a los lugareños que gozan de sus beneficios por ser un medio ágil, cómodo y económico, transformándose en un utilitario "tracción a sangre".

Tiene una capacidad de transportar a dos o tres personas y cargas reducidas en peso, habitualmente víveres, hortalizas, forrajes, bebidas o algunos animales como gallinas, cerdos o cabras para la venta o el trueque principalmente "en la Feria". Puede estar tirado por un caballo o mula, capaz no solo de atravesar considerables distancias, si no también pelearle a las inclemencias del tiempo o cruzar los ríos sin inmutarse, no necesita caminos para andar y no importa el estado del terreno, ni la hora del día; un sulky siempre llegará a donde vaya, llegó a Buenos Aires, La Quiaca y Corrientes en lo que se llama el Proyecto Argentina en Sulky, uniendo los cuatro puntos cardinales del país.

El sulky se fabrica y repara en Simoca. Solo los herrajes y el tapiz del asiento se compran prefabricados, en resto (80%) son componentes que se preparan y ensamblan artesanalmente con madera de tipa, cebil, cedro y pacará, incluso los arneses de cuero son manufacturados localmente. Una vez armado, se pinta y se le hacen los filetes (adornos, decorado). Desde el inicio, se fabrican de acuerdo al pedido del futuro propietario, inclusive los detalles.

Comprar uno nuevo requiere de unos $ 3.500 aproximadamente, su mantenimiento es muy accesible y su vida útil supera los 30 años. Y hasta con caballo prestado funciona sin costos adicionales. No es descabellado imaginar que en los polvorientos e incontables caminos simoqueños, alguien sentado a la vera de la senda, sombreándose bajo algún ceibo, espere el paso de un sulky para "hacer dedo" y poder "llegar a la Villa".

Se sabe que el sulky forma parte de la vida del hombre. Como "coche de bodas", este mágico carruaje ha sido testigo de innumerables casamientos; a cuantos enfermos habría socorrido en medio de la noche; cuantos jóvenes habrán completado sus estudios; a cuantos cantores y poetas habrá acompañado en trasnochadas travesías; docentes, médicos y obreros pasaron horas interminables en un sulky, y quien sabe cuántas campañas políticas tendrá en su haber; cuántas incontables páginas de historia; cuantas leyendas y remembranzas de tiempos idos y un presente admirable.

Cuando un visitante llega a Simoca en sus multicolores Sulkys, y quien más, quien menos, se anima y pide lugar para la foto o por ahí, pasear y después contarlo como hazaña. El sulky es testimonio de un pueblo y sus costumbres desafiando el modernismo. El sulky, compañero inseparable del hombre, viajero incansable de la jornada sufrida del campo; llena todos los espacios con su andar casi silente. Casi, casi diríamos que el SULKY es SIMOCA

EL SULKY Y SUS COMPONENTES

Hablar de sulky, es hablar de sus tres componentes principales:
El sulky propiamente dicho
El animal que lo tira
Los arneses (que llevan en su cuerpo el animal y que sirven para unirlo o "engancharlo" al sulky)

LAS RUEDAS: tienen desde 1.55 hasta 1.62 metros de diámetro. Van unidas por un eje de hierro y se constituyen en un elemento distintivo del sulky en cuanto a sus características y a su pertenencia social. En lo que podemos denominar el "SULKY TRADICIONAL", las ruedas son de madera, recubiertas en su parte exterior por una llanta de hierro. En su centro además no tiene rulemanes, sino que simplemente la rueda gira sobre el eje, y es sostenida por un perno. Las ruedas de madera, se constituyen en el elemento característico del sulky tradicional. Las ruedas de madera se fabricaban totalmente en el taller. Los rayos, 14 o 16, según el diámetro, se hacían de madera de lapacho, las "camas" como se llamaba a la madera de la circunferencia exterior donde se aplicaba la llanta, eran de madera de algarrobo o Quebracho blanco. En el centro de la rueda está la "masa" desde donde parten los rayos; era de algarrobo. Por ella atraviesa el eje. El eje es de hierro, con un buje de hierro fundido. La rueda gira directamente sobre el eje y se engrasa para evitar un mayor desgaste por fricción. El trabajo de "enllantar" una rueda era toda una tarea. Más moderno que el anterior, el SULKY LLANTAS DE GOMA (con ruedas de hierro), surge a fines de los años 60 y era propiedad de las familias más pudientes de la sociedad rural de Simoca, ya que tenía una mejor presencia, un andar más cómodo pero un costo más elevado. Estas ruedas eran fabricadas de hierro, recubiertas con una llanta de goma, que hacía al sulky más ligero y más silencioso cuando recorría las calles pavimentadas de la ciudad.

LAS VARAS: también se fabricaban a partir de madera en bruto, de tipa o de lanza (más durable aunque se torcía). Las varas nacen desde el puente que está bajo el asiento. Se proyectan hacia delante y miden 3.20 a 3.30 metros. Entre ellas, va ubicado el animal.

EL ASIENTO: en el resto del sulky se usaba el cedro (caja, aletas, guardabarros) Los tapizados se hacían con cerda vegetal (de palmera) con relleno y resortes de acero en los asientos. Sobre el eje que une las ruedas, se apoyan los elásticos, que hacen las veces de amortiguadores. Por encima de los elásticos, se coloca el puente. Por encima del lugar del nacimiento de las varas se coloca la caja del asiento en sí, el respaldo trasero y el cajoncito oculto abajo.

LAS ALETAS: los laterales del sulky son las aletas, que en décadas anteriores, eran el sello distintivo de cada uno de los talleres que fabricaban Sulkys en Simoca.

LA TALABARTERIA: "el complemento de la industria de los Sulkys". Como dijimos, el caballo se une al sulky por medio de los arneses. Se llama arneses al conjunto de elementos que sujetan al caballo al sulky. En el lenguaje de la región este es "atar el sulky".

EL SULKY: IDENTIDAD SIMOQUEÑA

Hablar del Sulky es instintivamente, hablar de Simoca, de su más tradicional y pintoresco medio de transporte con tracción a sangre. La palabra que designa su nombre, es un vocablo anglosajón que etimológicamente significa muy solitario y que precisamente, parece identificarse con la primitiva fisonomía del vehículo. El sulky de origen era un carruajecito muy liviano de un solo asiento y un solo caballo. Con esta característica aparece en las granjas de Australia y África, armado con tubos de acero, montado sobre dos ruedas de goma. Este también era tirado por un avestruz y se lo utilizaba para paseo, como medio de transporte y para correr carreras deportivas.

El tiempo y la idiosincrasia de cada pueblo, le fueron dando distintas características. Al llegar a la Ciudad de Simoca, nos damos, especialmente los sábados, con un espectáculo digno de la mejor estampa, el ir y venir interminable de caravanas de Sulkys cargados de mercadería, esto nos habla de la vigencia de un tiempo lejano, que hoy, vive orgulloso y se resiste al avance del progreso. Hablar del Sulky es hablar de sus dos componentes: el animal que lo tira y el sulky propiamente dicho. El animal (caballo o mula) lleva en su cuerpo una serie de elementos llamados "arneses", que desde la cabeza hasta el anca tienen su identificación; vemos un freno con cabezal y anteojeras con algunas campanillas; un pechero con "Yueguillo" y dos argollas por donde pasan las riendas y, del cual también arrancan las dos suelas o"tiros" que sostienen al vehículo. En las partes medias van las "silletas" con dos cargadores, dos pasarriendas y las varas: hacia al abdomen del animal, los dos barrigueros. Hacia la parte superior, "El baticola" completa con las tiras. Separado del animal, “el balancín" prendido en grampas del cabezal del sulky. Por su parte, el sulky propiamente dicho posee de adelante hacia atrás, los siguientes elementos: un cabezal afianzado en ambos extremos, con dos grampas y en donde van "estribos" con sus dos pisaderas al respaldo de adelante con su "pescante" delantero. A continuación la caja del asiento, compuesto por el asiento en sí, el respaldo trasero y el "cajoncito" oculto abajo. Las partes delanteras son las "aletas". Detrás del respaldo se encuentra el "pescante" trasero. Debajo de la caja del sulky encontramos "el puente", apoyado sobre el elástico, en donde aparece el eje central que termina en ambas ruedas, compuesta por dentro hacia fuera por la masa, los rayos y las llantas. El tipo de llantas es fundamental en el costo del vehículo, siendo las de goma las más caras. Actualmente existen en Simoca y sus alrededores casi 3.000 sulkys. El aspecto tradicional y pintoresco que le ofrecen a Simoca es único en todo el territorio del país, de allí el profundo significado de un vehículo plenamente identificado con un pueblo de costumbres y modas silenciosas que viven sus cosas más auténticas.



Tomado de los apuntes de Elenita Rodríguez de la Tejera

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