Ezequiel Iriarte “Mariscos Iriarte”
Biografia.
Nací el 27 de noviembre de 1945 en Uruapan Michoacán
Casado con Lucia Duran delgado
Mis padres fueron: Salvador Iriarte Montes y mi mama Delfina
Vega
Mi papa era el organista de la catedral de Morelia y yo le
ayudaba y recuerdo que en las bodas el cantaba el Ave María, mi papa era muy
serio y no le gustaban las mortificaciones en cambio mi mama era muy fiel a sus
santos recuerdo que su santo de devoción era el Señor de los Milagros que al
mismo tiempo era el patrón de ese lugar San Juan Paricutin y que por cierto
toda la gente de ahí emigro a San Juan Nuevo porque el volcán era muy
peligroso.
De chico era muy animalero, me gustaba jugar con ratones y
víboras y armaba mi propio circo con ellos y también me iba a sacar pescado en
las acequias de por ahí cerca, recuerdo un lugar que se llamaba “la quemada” y
era una canal con agua donde agarraba todo tipo de animales; afortunadamente
nunca me paso nada y la única vez que recuerdo fue ya últimamente que me pico
una víbora de cascabel y recuerdo que yo había visto una película de Cantinflas
donde le pasa lo mismo y el corta la parte del piquete y se chupa el veneno, yo
quise hacer lo mismo y no resulto pues eso no era cierto.
En Morelia estuve como hasta los 12 años y de ahí empecé una
de mis pasiones que fue caminar por muchos lugares, la mayor parte a pie y otras de raid (normalmente solo) fui hasta
Chiapas, Veracruz, Toluca, el estado de México Nayarit y muchos más lugares; en
cada uno de ellos me pasaron muchas cosas buenas y malas las cuales
enriquecieron lo que ahora soy.
En cada uno de los lugares tuve diferentes oficios como: en
los muelles como estibador, en ocasiones pintando bardas, vendía artículos de
la marca Lenox o trabajando de empleado en algunas fábricas acomodando
artículos, vendía y regalaba muestras de seagrams, además tuve una tienda.
En cada uno de mis recorridos me pasaron muchas cosas, como
ver infinidad de cangrejos en las carreteras de Veracruz, en otra ocasión me
fui de noche en un raid con unos señores de un rancho que me dijeron al verme
caminar solo por la carretera “súbete muchacho” y me subí, era una camionetita
y me dejaron más adelante, como era de noche no supe donde era hasta en la
mañana que me di cuenta que era el nevado de Toluca y me desperté con un
frillazo y me levante y empecé a caminar sobre todo para hacer ejercicio y que
se me quitara el frio, también fui metido a la cárcel pues al ir llegando a una
gasolinera estaban 2 chiquillos y al acercarme a ellos les pregunte que para
donde iban y me dijeron que para el norte, de repente se acerca un señor con
unos policías señalando a los que estábamos juntos acusándonos de un robo, al
no poderles demostrar mi inocencia me metieron a la cárcel donde dure como 15
días, en otro de mis viajes le pedí un raid a unos señores de una camionetita
lo cual aceptaron y me mandaron a la parte de atrás sentándome en unas maletas
iba muy gustoso cuando se oye un rechinido y un golpazo pues choco la
camionetita con un camión refresquero, recuerdo que yo Salí volando en cámara lenta
y caí mas delante de sentón afortunadamente porque si caigo de cabeza no lo
estuviera contando, me quede sentado y aturdido cuando oí el ruido de las
patrullas o ambulancias y solo recuerdo que tome un refresco de los que estaban
tirados, lo destape y me lo fui tomando al seguir caminando por la carretera
sin voltear a ver lo que se quedó atrás, también participe con una pandilla de
rateros y el día que asalte a un paletero me solté a llorar y mejor me retire
de eso; me pasaron muchas cosas algunas tristes otras alegres pero todas me
ayudaron a forjarme en lo que ahora soy.
Tengo 60 años de vivir aquí en Rioverde pero antes de llegar
fui comandante en Tamuin, unos compañeros de trabajo me lo consiguieron y me
mandaron capacitar para poder con el puesto, en el tiempo que estuve que fue
muy corto me paso de todo porque eran tiempos muy difíciles y a mi esposa no le
gusto por el trabajo y el lugar y renuncie y me vine a Rioverde
Aquí en Rioverde llegue a una casa que estaba en un pasaje
en el 2º. Piso donde abajo había una farmacia casi en contra esquina de la
cuatana
Cuando llegue fueron tiempos muy difíciles no había trabajo
y dinero menos por lo que se me ocurrió hacer sándwichs y sacarlos a vender a
diferentes lugares, los echaba en una caja de cartón y al grito de “ya llego la
sándwichisa vitaminada y con calcio para no se le caiga el pelo” empecé en este
negocio que poco a poco me empezó a ir bien tan es así que al llegar a la casa
me preguntaba mi esposa como me había ido, nada más le volteaba la caja
mostrándole que había vendido la totalidad de los sándwich; recuerdo que en una
ocasión que los andaba vendiendo me encontré a un ex policía de tamuin y me
quería ayudar pensando que se los llevaba a los presos o algo así hasta que le
aclare que ya no me dedicaba a eso.
Después de la venta de los sándwich se ocurrió la idea de
vender pescado frito en las afueras del mercado colon y desde las 6 de la
mañana ya estaba friéndolos para irlos a vender, para que la venta fuera de más
éxito me vestía de payaso y al grito de “ya llegaron los pescados podridos
traídos de la acequia” o también decía “san pedro te voy a mandar un vuelve a
la vida lo quieres con picante? Y toda la gente nomas me miraba al principio
nomas de lejos estaban viendo ya después tomaban confianza y se acercaban. Me empezó
a ir bien al grado de que empezaron las envidias de los demás negocios de
pescado al grado de mandarme gente a querer golpearme, me daba tristeza esto
porque eran amigos a los cuales yo los había ayudado; tenía yo mucho éxito en
la venta que al grito de “quieren pescado fresco aquí con el señor quieren
pescado podrido aquí conmigo” señalando el negocio de la competencia y aun así
seguía vendiendo yo lo atribuía a que me salieran cosas sorprendentes de mi
boca y que a la gente le gustaba.
Después de vender sándwich y pescado frito puse un
restaurant gracias a que don Lupe Lara me invito a participar con él en uno que
tenía en la gasolinera Duque, y todo sucedió así: en una ocasión me encontré a
Higinio salvador hijo de don Lupe y preguntándome si yo era el vitaminas me
dice que su papa quería hablar conmigo me ofrece el restaurancito que para esas
fechas estaba muy mal atendido, al aceptar me toco levantarlo y me fue bien porque
en ese lugar se atendía a mucho trailero pero eso mismo hizo que hiciera
enemistad con los restaurants vecinos al grado de que me reclamaron y me
dijeron que porque no me iba lejos allá por la carretera y yo me dije porque
no? Eso hizo que abriera en Morelos y carretera en Cd. Fdz. Un restaurant de
mariscos que no era más que una especie de barraca hecha con palos, lonas y
carrizo pero donde me fue bastante bien al grado de que siempre estaba lleno me
fue tan bien y el público en ocasiones me preguntaba que cuanto faltaba para
llegar a la playa, lo deje porque me dio un infarto por trabajar de más en un
fin de año.
Eso hizo que construyera enfrente, lugar que lo llame comida
Feliz
Pero mucho antes de esto estuve en pasaje nieto también con
venta de mariscos, un lugar donde no me fue bien y lo atribuyo a que en ese
lugar no se tiene estacionamiento y eso no ayuda; de ahí me fui a la calle Héroes
Potosinos y además de la venta de mariscos puse un Zoológico que es una de mis
pasiones pero lo deje porque no recibía apoyo de nadie y se me dificulto además
de que era un problema con los mismos animales pues se salían y se metían a las
casas de los vecinos, recuerdo que en una ocasión se metió una víbora con una
vecina y además del susto se dio una enojada de Dios Padre y en otra ocasión se
metió un chango con un vecino hecho que se le hizo gracioso pero a mí me hizo
reflexionar sobre la permanencia del mismo.
He tenido la bendición de haber tenido varios negocios, en
algunos me fue muy bien y en algunos otros no también pero de todos hice muy
buenas amistades y sobre todo mucha experiencia; desde vendiendo sandwichs,
haciendo artesanías, y abrir varios negocios de venta de mariscos como: Osteria
Iriarte, Camarón Vagabundo, El Faro, el Mezquite, La comida Feliz y el ultimo
Iriarte Pelicanos.
En los negocios que he tenido tengo la costumbre de cantar,
al principio la gente se extrañaba pero se empezaron a acostumbrar y a gustar
al grado de que vienen y me preguntan que si voy a cantar o cuando llegan
clientes les comentan a los demás que en este lugar se canta muy bien por un
servidor.
Siempre disfrutando de lo que hago aquí sigo y dándole
gracias a dios me pongo a sus ordenes.
Fotos propiedad de don Ezequiel Iriarte.
Tu papá fue mi maestro de apreciación musical en el colegio Salesiano Antonio de Mendoza y en el Conservatorio de las Rosas, nos invitaba cuando tocaba el organo en Catedral. saludos
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