domingo, 5 de agosto de 2018

Balnearios de Rioverde, S.L.P.

El Presidio

Rioverde y sus alrededores ha sido muy favorecido en sus lugares de recreo, para dar un paseo al aire libre o para refrescarse; en primer lugar porque se cuenta con mucha agua por los diferentes canales, sobre todo de la media luna y sus aguas cubren la mayor parte de la región; también se tiene al Rio Verde que cruza por un lado, eso hace que en cualquier época la gente sale a refrescarse y lo hace en cualquier canal, poza, o lugares por donde pasaba alguna corriente de agua y con algo de sombra.

Don Manuel de la Hoya hace un recorrido empezando por el puente de fierro, y nos describe  algunos de esos lugares con ubicación y nombre, remontándose hasta los por los años 50s. y nos comenta:

Estaban las pocitas por donde está el puente de fierro y seguíamos había una presita que hicieron ahí en el rio y ahí se hacía hondo para meter agua a unas propiedades de don pancho Reséndiz tío de don Wenceslao Reséndiz que estaban en la parte de atrás de la zona de tolerancia, luego estaba un canal y metían el agua para regar allá y esos señores tenían allá huertas de limones dulces naranjos y mandarinas todos árboles frutales, todo eso de aquel lado era de ellos y ahí nos metíamos nosotros aprovechando que don pancho ya nos conocía pero nos decía a ustedes no les digo nada pero no metan a tanta gente porque iba toda la palomilla y haga de cuenta que llegaba la plaga y tenía unos limones dulces y luego le pegábamos también a la de don pedro Hernández y el que luego nos correteaba era el cuidador que se llamaba Elpidio,  luego seguía la peñita esa estaba por la calle del bosque, luego seguía la peña blanca que era a la altura de la calle Zaragoza, de ahí nos íbamos a la cofradía y de la cofradía a la malanca, de la malanca al puente verastegui, de ahí a la planta luego al tular que estaba adelante del rancho de la virgen luego la sequia salada (miguel Hidalgo) ahí nos íbamos a pescar aún no estaba tan contaminado hasta ahí llegábamos de ahí en adelante estaba santa Isabel y el paso real pero para allá no íbamos ese recorrido lo hacíamos por ese lado del rio
Estaban las cascaditas y el ingenio que era el molino de don Ildefonso Turrubiates esas estaban por el lado del puente del Carmen y las dos eran de la misma acequia y cruzaba y daba vuelta ahí donde está el chino robledo y luego bajaba y ahí había una presita para meter el agua al canal por cierto está lleno ahí de puros sabinos y esa agua agarraba el canal que va derechito a la pila grande que hacían mover las turbinas de la planta.
Por este lado de la estación estaba la morita los alonsos adelante estaba el charquito y con esa agua regaban puros cañaverales luego estaban los canelos.
Estaba el presidio luego la puente panda y así le decían porque la sequia pasaba y ahí estaban unos tablones de madera que estaban pandos y los cruzaba para irse a bañar por el camino que va para el refugio, luego seguían los salitrillos, luego entrando a los cañaverales entraba uno a el agua azul ahí estaba la acequia grande y estaba muy bonito porque había un rebalse grande y ahí ponían unos tablones para regar todo ese lado lo único era que estaba muy metido entre los cañaverales pero como yo conocía esos lugares porque yo juntaba puntas de caña para darle a las vacas de mi abuela yo conocía todo eso y me metía en el carretón y en tiempo de zafra era cuando estábamos de vacaciones, luego estaba otro lugar donde íbamos a bañarnos atravesando la carretera y por último el molino de don Ponciano Rodríguez
Donde se juntaba más gente era en el presidio y había un área para echar clavados
A la planta íbamos a echar cheve y había un señor encargado de la planta que conocíamos se llamaba don juan luna en muchos lugares cuando estábamos chicos normalmente nos bañábamos sin ropa pero ya en el presidio no porque ya era más familiar y en los salitrillos también.
Todos estos lugares los frecuentamos mucho, en algunas ocasiones porque nos íbamos de pinta y otra porque estábamos de vacaciones o los fines de semana; a la mayoría lo frecuentábamos comúnmente puros hombres, solo la planta y el presidio que se hicieron familiares; pero paso el tiempo y eso se terminó nadamas quedando en el recuerdo de muchos de nosotros.

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