domingo, 5 de mayo de 2019

Acuartelados de Rioverde



La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) ha sido uno de los acontecimientos políticos y militares de mayor impacto en la historia de la humanidad debido a su alcance y sus consecuencias, así como al número de países que participaron y se vieron afectados.

Alemania, Italia y el Imperio japonés conformaban las Potencias del Eje. Francia, Reino Unido y, posteriormente, Estados Unidos y la Unión Soviética, entre otros, conformaron el grupo de los Aliados.

Un relato de don Zeferino Juárez Sierra. Ultimo sobreviviente.

Como México pertenecía al grupo de los aliados tuvo que participar y enviar a hombres a la guerra, se tomaron hombres de todo el país y Rioverde no fue la excepción, reclutaron a jóvenes de 18 años con el sorteo de la bolita y a los que les toco bola blanca fueron acuartelados, de aquí se llevaron a 8 jóvenes los cuales fueron:

1.-Antonio amador “el mosco”
2.-marcos García Hernández
3.-Jesús konishi Maldonado hijo de un doctor japonés de ciudad Fernández
4.-José Vicente rivera Anaya nieto de un señor muy rico que se llamó don Otilio rivera
5.-Daniel reyes Ocampo él era de ciudad Fernández
6.-Desiderio del pozo Martínez, evangélico fuimos amigos
7.- miguel huerta serna que iba a ser sacerdote
8.-zeferino Juárez (yo).

A mí me toco bola blanca y lo primero que hicieron fue llevarnos al campo militar en México ahí estuvimos 6 meses y luego nos trasladaron a Guadalajara donde duramos otros 6 meses, inmediatamente nos empezaron a capacitar, lo primero que nos dijeron fue: “la finalidad de tenerlos aquí es para capacitarlos dentro de la disciplina militar y para matar gente con determinación, porque el enemigo no va a tener piedad de ustedes; Aquí no hay dios aquí no hay maría santísima aquí no hay nada más que ustedes; también les vamos a enseñar modales de urbanidad para que ustedes si quieren seguir aquí tienen que pasar al colegio militar y si no en la vida civil pero tendrán que demostrar en la vida civil lo que les vamos a enseñar cómo manejar al mundo, como comportarse con el mundo, como ser gente respetable como padres, como esposos”; una de las cosas que aprendí fue radiotelegrafía además nos daban academia y teníamos que estudiar matemáticas y esa era una de las materias principales y lo demás de lo militar y cuando llegamos y empezamos no nos pagaban en aquel tiempo salíamos libres cada 8 días de la mitad del sábado hasta el domingo, el domingo teníamos que presentarnos estar ahí a las 10 de la noche, pasaban lista y a dormir y nos daban lo que llamaban “pre” que eran 3 pesos y eran unos billetes rojos a los que le decían “las roxinas” y es que había un medicamento ligero para la gripa dolor de cabeza en sobrecitos era un polvo y sus pastas eran rojas y el billete tenía una pasta roja y otra no y en aquel tiempo para ir al centro nos cobraban 10 centavos de pasaje en segunda y en primera nos cobraban 15 centavos, nos íbamos Tacuba cuarteles llegábamos a Tacuba y de ahí ya nos íbamos a pie al campo y entre Tacuba y el campo teníamos que pasar un lugar de puro monte pero había una población que le decían la ciudad perdida, ahí andaban en una vereda; en México hicimos muchas cosas de las que nos enseñaron a tal grado que una vez en plena alameda, recuerden que ahí siempre ha sido muy congestionado el tráfico y en esa ocasión estaban unos señores ya unas personas mayores queriendo pasar con unos bultos y no podían por el intenso tráfico, en esa ocasión nosotros éramos 4 y eran como las 5 de la tarde, lo que hicimos fue atravesarnos para parar el tráfico y nos atravesamos y paramos el tráfico y les ayudamos a que pasaran además de ayudarles con sus cajas y los subimos al autobús, algunos nos dijeron cosas pero logramos lo que queríamos, también ellos nos seleccionaban de acuerdo al grado de estudios, a mí me toco artillería pesada.

También había gente de puebla, de Oaxaca, de Chiapas, de México y hasta de Sinaloa; recuerdo a un muchachón muy mandón que se llamaba Marcos Mora Pérez.

Al último nosotros no fuimos al frente porque los americanos tiraron la bomba atómica y se acabó la guerra. Cuando eso sucede hablan con nosotros y nos dicen: si gustan quedarse el que quiera, luego luego lo mandamos al colegio militar y uno de todos esos fui yo y lo remarco para que vea el apasionamiento que tenía yo por el beisbol, me tomaron datos y me dejaron libre con la condición que a los 3 meses tenía que regresar; llegue aquí y como yo quería tanto a Rioverde y luego empecé a jugar el beis bol pues que me iba a acordar y ya no regrese y puro beisbol y beisbol

Una vez puse un anuncio en el periódico Excélsior y uno de ellos vio el anuncio y luego me llamo por teléfono y me hablo que fuera y nos juntamos y él trabajaba para una compañía que vendía literatura para la superación mental y esa vez nos juntamos como 3 y fue la única vez nunca me volví a comunicar y se perdió la comunicación.

Y aquí sigo hasta la fecha, solo me quedo el recuerdo y todo lo que aprendí y pensar que puede haber estado donde se efectuó la guerra.

De los recuerdos de don Zeferino Juárez Sierra.




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